Bioelectricidad magnética
Permanentemente estamos sometidos a recibir energía electromagnética proveniente de la atmósfera que nos rodea, las diferentes reacciones que éstas provocan en nuestro organismo dependen de su frecuencia, su longitud de onda y su intensidad o nivel de carga, muchas de ellas son beneficiosas, pero otras son dañinas. Todo es energía electromagnética, la computadora, la televisión, el ruido, los teléfonos celulares, las telecomunicaciones, los radares, los rayos X, y otras infinitas y variadas formas que se transportan como paquetes de energía o “quantums” con diferentes niveles de carga (milésimas y millones de electrón-volts).
Los impulsos nerviosos, la respiración, el corazón, la circulación, los movimientos musculares etc., son fuerzas electromagnéticas.
Como cualquier otra magnitud física, el flujo se genera cuando existe un desequilibrio entre dos partes comunicadas, reestableciéndose así el equilibrio. En este caso, la cantidad de nuestra fuerza electromagnética depende de la diferencia de potencial entre la parte más distal del meridiano, que es el punto de partida situado en la mano o el pie, y la parte más proximal, situada en la parte superior del tronco o la cabeza. Al mismo tiempo, la energía se mueve por una compleja red de canales, análogos a los capilares circulatorios sanguíneos o linfáticos y la red nerviosa, denominados meridianos. La electricidad siempre se mueve del polo negativo al positivo, ya que son los electrones (carga negativa) los que se mueven. De este modo, la diferencia de potencial genera un flujo que atraviesa todas las células del cuerpo, nutriéndolas de la fuerza electromagnética esencial para la vida óptima.Problemas con la polaridad o el flujo electromagnético a través de los meridianos son sinónimo de enfermedad, pero puede reestablecerse mediante la Acupuntura, el masaje, ejercicios específicos, etc.
Tratar de acercar los vocabularios y patrones antiguos a los modernos es importante para poder integrar los avances de la medicina contemporánea a la medicina energética y así pulverizar la idea de que sean folklóricas o inexactas cuando en realidad los físicos chinos de la época tuvieron un enorme poder de observación que actualmente y solo con tecnología avanzada, se está corroborando. Así podemos ver que la trama energética del cuerpo humano posee puntos de menor resistencia eléctrica que si se afectan, la energía se bloquea y se estanca produciendo un desequilibrio energético local que conlleva a la enfermedad. Pero si estos puntos son estimulados con acupuntura, dan una respuesta fisiológica regulativa. La trama energética está diseñada en base a la bipolaridad, si la energía fluye libremente por el cuerpo habrá salud, pero si por ejemplo el stress se adueña de una persona y sus músculos se contraen, la bioelectricidad no circulará con libertad y los músculos contraídos actuarán igual que una resistencia en un circuito, lentificando la velocidad de circulación de la bioelectricidad magnética, generando disfunción orgánica traducido en dolor, inflamación o los síntomas correspondientes a la disfunción desencadenada. (O)
