Bodas de platino, oro y plata  de los Padres Josefinos

Columnistas, Opinión

Hace más de 100 años con los dos primeros Josefinos, el P. Emilio Cecco y el P. Jorge Rossi, que el 24 de Mayo de 1922 llegaron a Ecuador y luego el 30 de Agosto al Tena para hacerse cargo de la Misión del Napo que, después de la expulsión de los Padres Jesuitas había quedado abandonada.

Los misioneros josefinos trabajaron incansablemente para la promoción integral de las personas, especialmente de los niños y de los jóvenes pobres, a través de la educación, la salud y el desarrollo social y cultural.

Para la educación de los niños y jóvenes, crearon los primeros colegios de la Amazonía, el San José, el Técnico Juan XXIII y el colegio Agropecuario Murialdo. Con el pasar de los años, han creado escuelas, centros artesanales y colegio en la Provincia de Napo y sus provincias aledañas. Para la salud construyeron hospitales y centros médicos y en la pastoral, la formación de catequistas, la constitución de parroquias eclesiásticas y centros misioneros. La contribución al progreso material de los pueblos dispersos en la Amazonía se manifestó con la construcción de obras civiles como pistas de aterrizaje, caminos, plantas hidroeléctricas y puentes.

Por hacer presente el Reino de Dios y por la transformación con la educación y la cultura, con mucha razón, en la historia de la Provincia de Napo, necesariamente tendrá que hablarse de un antes y un después de la llegada de los Josefinos a este hermoso rincón amazónico.

El día Sábado 26 de Abril de 2025 en una misa de fiesta se conmemorará los 65 años de sacerdocio del P. Rodrigo López, 65 años de sacerdocio del P. Arturo Sotomayor, 50 años de sacerdocio del P. Cruz Elias Bravo, 50 años de sacerdocio del P.  Renzo Santori, 25 años de sacerdocio del P. Juan  Flores y 25 años de sacerdocio del P. Ramiro Altamirano,  será una misa solemne y los Josefinos con los ex alumnos Josefinos festejamos  religiosamente la abnegación del servicio al prójimo.

Los Padres Josefinos de Murialdo siempre fueron  apoyados en trabajo silencioso de las Madres Doroteas y Madres Murialdinas. 

Donde se encuentra una Madre Dorotea o Murialdina, allí está Dios, allí está la Virgen María para darles aliento cuando sus fuerzas desfallecen, para darles sabiduría cuando sea menester. (O)

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