BOSONES Y GLUONES / Mario Fernando Barona

Columnistas, Opinión

Ya vimos en algún momento en este mismo espacio que existen cuatro fuerzas fundamentales con las que interactúan las partículas y que rigen todo el universo: la electromagnética, la gravedad, la nuclear fuerte y la débil. Las dos primeras las podemos experimentar día a día a escalas macroscópicas, mientras que la nuclear fuerte y la débil actúan a distancias subatómicas cuando existe interacción entre las partículas que forman los núcleos atómicos. La siguiente metáfora explica estas dos últimas.

Hay dos patinadores sobre hielo viéndose frente a frente. Uno de ellos lanza con fuerza un balón al otro quien al recibirlo se desliza hacia atrás por inercia, pero a la vez lo hará también el patinador que lanzó la pelota, es decir, se separan mutuamente como si el balón habría actuado como una fuerza repulsiva. En el mundo cuántico pasa lo mismo, intervienen dos partículas con la misma carga más una tercera de nombre bosón, que como el balón, hace que se separen. En cambio, con dos partículas de distinta carga el patinador esta vez lanzará el extremo de una cuerda que al jalarla mutuamente hará que los dos se atraigan, es decir, la cuerda que une dos partículas, llamada gluón a nivel cuántico, actuará como fuerza atractiva.

Al parecer, la dualidad (positivo – negativo, blanco – negro, arriba – abajo, etc.) se da también a nivel subatómico, lo cual ya es curioso de por sí, sin embargo, es aún más interesante si consideramos que estas fuerzas duales (fuerte: atracción y débil: repulsión) se llaman “fundamentales” porque dan equilibrio al universo y sentido a su magnificencia.

Como nota al margen hay que apuntar que en realidad la débil es un decaimiento o desintegración del núcleo que provoca radiación, pero lo dejaremos como repulsión para efectos gráficos de comprensión.

Siendo así, se entendería entonces que en la infinita sapiencia del universo, todas esas fuerzas repulsivas de la política ecuatoriana con las que tenemos que lidiar día a día son para equilibrar y balancear la sobrada cordura, paciencia y nobleza de todo un pueblo, que en física cuántica vendrían a ser los gluones que se encargan de unirnos. Mientras que la sinvergüencería, picardía y descaro con que actúan los políticos corruptos aliados a la izquierda retrógrada serían los bosones que nos separan.

Francamente no sé cuál sea el criterio con el que se maneja el universo en estos casos, pero con el Ecuador es evidente que el desbalance es amplio y notorio. Las fuerzas repulsivas (en todos los sentidos) de los políticos “robolucionarios” no solo han separado a todo un país, sino que además lo están destruyendo, desintegrando. Por eso, o se equivocó el universo (lo cual es bastante improbable) o nos equivocamos los honestos al soltar la cuerda y lanzarnos balones.

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