Caleidoscopio de un chiste / Esteban Torres Cobo
Tan mal estará nuestro humor, que ha desaparecido. Incapaces de bromear y de imaginar nos encuentra esta sociedad del siglo XXI, cada más más sensible y huérfana de gracia. Esta sociedad del derecho a sentirse ofendido por cada nimiedad, triste y opaca.
Cuatro palabras de un chascarrillo contenido en un tuit bastaron para que mentes débiles se alteren y revoloteen en masa: “¡Deporten al chino sospechoso!”, que puse a raíz del ciudadano chino posiblemente infectado por el coronavirus, algo aparentemente ya desmentido por el Ministerio de Salud.
«El humor es la más vigorosa demostración de inteligencia y por eso el humor siempre ha sido de derechas. La izquierda recurre siempre al sarcasmo hiriente, al resentimiento disfrazado de mordacidad, a la mala leche porque la vida les ha ido mal», decía Salvador Sostres.
Pues parece sin embargo que humor nos falta. Pero, lo que es peor, un poco más de formación. De esa que vas más allá de los títulos y de las materias en clase. De la que se aprende en casa y se cultiva en soledad.
Porque, la continuación del risible cuento de esta semana, se dio con la palabra “caleidoscopio”, aparentemente desconocida por muchos. Más aún, desconocido su sentido literario. Tal fue la algarabía que otro tuit escrito por mí se convirtió en tendencia nacional a día seguido. “Se equivocó porque quiso decir catalejo”, dijeron algunos medios, perdidos en la ineptitud de sus periodistas.
En fin, este humilde servidor les agradece la atención recibida esta semana. La próxima habrá más. (O)