Candidatos

Columnistas, Opinión

Hace días atrás somos testigos de las campañas electorales en las calles de la ciudad. Uno de los momentos más esperados de todo proceso electoral, es sin duda el debate presidencial. Sin embargo, no fue el intercambio de ideas o propuestas lo que acaparó la atención, sino la constante evasión de preguntas clave del Presidente. Esta actitud no solo genera un sinsabor en la ciudadanía, sino que refuerza la desconfianza de su labor. Por otro lado sobresalió la candidata Andrea González, con su ataque constante al Correísmo y la falta de respuestas concretas de Luisa. Por ello ahora vemos que Andrea se encuentra tercera en las encuestas nacionales.

Cabe destacar que los jóvenes han comenzado a involucrarse más en este proceso. Aunque no todos los sectores logran captar su atención, un número cada vez mayor de jóvenes se informa, y se cuestiona, e incluso aprovechando espacios como los debates para tomar decisiones informadas. Este fenómeno es alentador, ya que demuestra que las nuevas generaciones están dispuestas a involucrarse en la política, pero también resalta la gran responsabilidad que tienen en sus manos: cambiar la dirección de un país que parece haberse estancado en las mismas prácticas de siempre.

El verdadero dolor de cabeza, llega cuando se observan las candidaturas a la Asamblea Provincial. Los nombres de algunos postulantes, especialmente aquellos con una visibilidad mediática, no solo nos hacen reflexionar sobre sus capacidades, sino sobre su idoneidad para desempeñar roles tan cruciales. 

Por ejemplo hay candidatas en Tungurahua con páginas azules o que han tenido escándalos de videos de índole sexual circulando en redes sociales cuando eran figuras públicas en certámenes de belleza y que ahora pretenden representarnos. No sé si se les olvida que la labor de la asamblea es fundamental y nada han demostrado en el ámbito profesional ni social.

Es inevitable preguntarnos: ¿Realmente no merecemos algo mejor como sociedad? ¿No merecemos representantes que, más allá de su discurso de campaña, demuestren con actos concretos su preparación y su capacidad de servicio? Un verdadero representante es aquella persona que demuestra a lo largo de su vida un compromiso genuino con la comunidad, alguien que se ha preparado para liderar y que sigue el principio fundamental del servicio. No solo en campaña electoral, sino siempre.

Lo que está en juego es mucho más grande. Es nuestra democracia, nuestra forma de vida, nuestro futuro. Los ciudadanos, como electores, tenemos el poder y la responsabilidad de elegir con criterio, de exigir calidad en los perfiles que nos representan.

Por ello, es fundamental que las próximas elecciones traigan consigo un cambio real. En Tungurahua, como en el resto del país, necesitamos candidatos con visión, con preparación, pero sobre todo con un sentido claro de lo que significa servir a la sociedad. Esa es la clase de líderes que debemos apoyar. Líderes que, con dignidad y esfuerzo, demuestren que las adversidades se pueden superar, y que el país y sus provincias merecen una representación de calidad.

La política debe ser una herramienta de transformación, pero para eso necesitamos que los líderes se preparen, se eduquen y se dediquen realmente a la gente, más allá de las apariencias o los escándalos que puedan generar ruido

Espero que mi bella provincia de Tungurahua y nuestro país pueda tener representantes que demuestren su calidad de gente, esa gente aguerrida que no se deja vencer por las adversidades. 

En definitiva, el cambio comienza en nosotros, como electores, al exigir candidatos con valores sólidos, con trayectoria y con un real deseo de servir. (O)

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