Cien días / Mario Fernando Barona
Los primeros cien días de un gobierno parecerán un largo tiempo si no se ha hecho nada o los resultados han sido muy pobres, en tal caso sentiremos que se ha avanzado -como siempre- al ritmo de la lenta parsimonia burocrática; en cambio, si ha sido muy productivo, como es el caso del gobierno del presidente Guillermo Lasso, el tiempo habrá pasado volando y miraremos incrédulos, aunque rebosantes de ilusión, que se habrá caído ese paradigma del totuguismo e ineficiencia pública, demostrando que sí se pueden (deben) hacer las cosas en el sector público rápido, bien y honestamente.
No vamos a centrarnos en el exitosísimo Plan de vacunación 9/100 que bien podría considerarse la meta insignia de estos primeros cien días, y no lo haremos porque ya el Ecuador entero lo sabe y reconoce así. Tampoco hablaremos de otros importantes logros, habrá tiempo para ello. Ahora nos enfocaremos mas bien en algunas de las características que configuraron tan rotundo éxito en apenas cien días, inadvertidas para algunos, pero superlativas a la hora de evaluar resultados y comparar hechos. A saber:
- No hubo sabatinas. El inobjetable éxito de Guillermo Lasso en este tiempo se dio sin vestiduras rasgadas, sin romper periódicos, sin sarcasmos, sin derroche publicitario, sin insultar, amenazar o condenar a nadie, se dio en prudente silencio, como corresponde a un verdadero estadista.
- No hubo mentiras. Los resultados durante este tiempo son objetivos, reales e incuestionables, al contrario de simples apariencias como la del terreno aplanado -con un multimillonario sobreprecio- en el que algunos ven una refinería; o, de falsas ilusiones sin sostenibilidad económica como el fallido Tren de Alfaro; entre muchos otros.
- Hubo respeto y tolerancia. Durante este periodo, el presidente requirió ser enérgico con algunos sectores que amenazaron con retomar el caos y la convulsión en el país, los llamó al diálogo y jamás fue irrespetuoso o arrogante.
- No lo hizo solo. Este ejemplar desempeño se debió a una gestión conjunta de todos, sin exclusiones motivadas por complejos ideológicos, económicos o narcisistas, tal es así, que Lasso extendió nueve millones de gracias a los ecuatorianos que ayudamos a cumplir la meta de su oferta de vacunación.
- Demostró humildad y sencillez. Con liderazgo firme y gestión transparente hizo en tres meses lo que muchos creían imposible y jamás se consideró ningún ‘mesías iluminado’ por ello. Incluso no ha aparecido mucho en los medios y hasta ordenó no colgar su fotografía detrás de cada escritorio.
- Y sobre todas las cosas, actuó con honestidad. Todo lo que hizo el presidente Guillermo Lasso en estos cien días lo hizo SIN ROBAR.