Cine ecuatoriano brilla en Festival Kunturñawi
El Festival de Cine Ecuatoriano Kunturñawi vuelve a encender las pantallas del país con su Décima Tercera edición, consolidándose como un faro de expresión artística en el panorama cinematográfico nacional.
A lo largo de 18 años, este festival ha recorrido no solo espacios físicos, sino también los territorios del pensamiento y la recreación, estableciéndose como un encuentro imprescindible para los amantes del cine.
Desde el 30 de octubre hasta el 26 de noviembre, 49 películas llenarán las salas de proyección, llevando consigo la magia del cine ecuatoriano a distintos rincones del país, con especial énfasis en la provincia de Tungurahua, uno de los epicentros del festival.
La programación de este año es diversa y está profundamente arraigada en la realidad ecuatoriana. En la categoría de ficción, se destacan producciones que exploran géneros variados sin perder la autenticidad de las miradas de sus directores.
Películas como Chuzalongo y Don Goyo nos conectan con las leyendas y el imaginario popular del país, mientras que Los Wánabis ofrece una visión fresca y llena de humor a través de su comedia negra. En tanto, Los Ángeles no tienen alas profundiza en temáticas universales desde una óptica local, reafirmando la versatilidad de las historias ecuatorianas.
El apartado documental no se queda atrás, con trabajos que exploran la riqueza natural y cultural del Ecuador. Entre ellos, destacan Ozogoche, La Playa de los Enchaquirados y Waorani: Guardianes de la Amazonía, que invitan al espectador a sumergirse en la profundidad de las historias locales.
Además, producciones como Marieta amplifican las voces de las mujeres quiteñas, mientras que El día que me callé es una introspección íntima que revela el poder del cine como herramienta de catarsis.
La provincia de Tungurahua, en particular, será sede de múltiples actividades y proyecciones, convirtiéndose en un centro cultural para los asistentes que podrán disfrutar de las funciones de manera gratuita. Este esfuerzo busca democratizar el acceso al cine y fomentar el interés por las narrativas locales, así como ofrecer un espacio de diálogo sobre la cultura ecuatoriana y sus desafíos. (I)
