Circo y políticos

Columnistas, Opinión

El panorama político en el país demuestra la fragmentación de todos los poderes del Estado y de la sociedad civil. Aunque en discurso todos apuntan al anhelado desarrollo económico, equidad social y objetivos macros, que se debilitan en la subjetividad de la actual demagogia de los 17 precandidatos. Líderes políticos, gremiales y sindicales que se han perpetuado en el poder sin ninguna ideología y con una verborrea repugnante, deslindada de los problemas contemporáneos. Solo sirven como títeres maquillados y de traje que deben trabajar para el beneficio de los caudillos y capos.

Mientras tanto, los últimos casos de corrupción en la política han dejado a la ciudadanía perpleja y sin fe en sus autoridades. Gobernantes que se prestan más a la farándula y al tik tok, que a proponer soluciones integrales y factibles para el pueblo.

Estos últimos meses las ciudades viven en la zozobra y aterrorizadas por el crimen que se ha desplegado en todo el territorio nacional. A vista y paciencia de las instituciones con competencias para actuar. Sin embargo, en un mundo paralelo según la Ministra Palencia se han “ahorrado vidas”, pero en el mundo real la delincuencia y los sicarios se pasean en sus motos atemorizando, secuestrando y disparando a la gente.

“Estamos habituados a la tormenta, ¿qué trampa es ésta?  (V. Mayakovski). Ecuador en diferentes momentos de su historia ha atravesado diversos problemas políticos, sociales y desastres naturales, pero gracias a la voluntad y altivez ciudadana se ha levantado de cada desgracia. Más ahora, el país está sometido bajo un nuevo “poder” del crimen organizado que se maneja estrechamente con los grupos dominantes tradicionales, realizando alianzas estratégicas e inmiscuyéndose en temas políticos y de la economía.

En Ecuador, el desastre político y social guarda interrelación con similares eventos acontecidos en varios países de América, por este motivo urge un análisis de la evolución de la sociedad ecuatoriana y una introspección ciudadana, ya que al seguir divididos y convencidos de luchas egoístas, el país vivirá sometido a las mafias que han ganado territorio y ahora manejan los hilos del poder. (O)

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