Clero se pronuncia por el Código Orgánico de Salud
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana se pronunció ante la aprobación del Código Orgánico de Salud cuyo contenido es preocupante, de acuerdo al clero.
Los obispos del Ecuador, respetando las funciones de los poderes del Estado laico, como ciudadanos, en ejercicio del derecho a la libertad de expresión consagrado en la Constitución y los instrumentos internacionales de derechos humanos, sienten que tienen el deber moral de exponer que los derechos humanos que son inherentes a la naturaleza humana, preceden a toda legislación; en consecuencia, no son concesiones del Estado ni fruto de los consensos de grupos humanos.
Los religiosos consideran que la legislación debe estar al servicio de la vida y los derechos humanos; lo cual significa, entre otras cosas, que debe reconocerlos, respetarlos, defenderlos, promoverlos y garantizarlos.
La Constitución del 2008, aprobada por la mayoría del pueblo ecuatoriano, es la Ley Suprema a la que deben subordinarse todas las Leyes y normas de inferior jerarquía.
Con la aprobación del Código Orgánico de Salud (COS), se observa con preocupación la afectación de los derechos humanos, consignados en la Constitución como es el derecho a la vida desde la concepción, al promover el aborto, de una manera ambigua o indeterminada, como emergencia obstétrica. La verdadera emergencia obstétrica se da sólo cuando el aborto se encuentra en curso de manera involuntaria.
Las madres y padres de familia tienen el derecho de educar a sus hijos, pero al aprobar el uso indiscriminado de anticonceptivos de los menores de edad sin su consentimiento como también, al imponer visiones ideológicas de género contrarias a sus convicciones éticas y a la ciencia, se está dando cambios sin precedentes.
Se apela al sano criterio y a la sensibilidad humana del Presidente de la República para que, libre de presiones políticas y económicas, vete estos artículos que atentan contra los derechos humanos, favoreciendo y defendiendo la salud integral de las personas, el rol primario de la familia dentro de la sociedad en la educación de sus hijos, previsto en la propia Constitución.
Se hace el llamado a quienes tienen responsabilidades institucionales, pidiéndoles que sitúen los derechos humanos en el centro de todas las políticas, incluidas las de cooperación para el desarrollo humano integral, aun cuando eso signifique ‘ir contra corriente’.
El Código Orgánico de Salud, como se puede apreciar, contradice o desconoce la cultura, costumbres y principios del pueblo que ama la vida y la defiende siempre. Con esta declaración, los obispos hacen suyo el sentir del pueblo cristiano y de la mayoría de los ecuatorianos. (I)