Colegas le dieron la espalda por tener Covid-19
Enfermarse en tiempo de pandemia es vivir un viacrucis y más aún si se contagia de la Covid-19. Muchos hasta se olvidan de la amistad. Eso le ocurrió a un médico en Píllaro que se enfermó y, pese a que los familiares recorrieron las clínicas de sus amigos en Ambato, todos les dieron la espalda, incluso ni las llamadas le contestaron en ese tiempo.
Después de casi dos meses de haber enfrentado el dolor de la pérdida y de los síntomas de la enfermedad, los familiares narran lo vivido.
En la casa del médico se enfermaron cinco de seis integrantes. Uno de los yernos, manifestó que el suegro como padecía de sinusitis se confío y relacionó los síntomas del dolor de cabeza con su enfermedad. Dejaron pasar el fin de semana y un lunes de abril, como el malestar se agudizó, decidieron entre la hija y el yerno llevarlo hasta Ambato donde estaban sus amigos y colegas. “Pero fue lamentable que los amigos le dieron la espalda y en las clínicas le cerraron las puertas. Tuvimos que regresar a casa y llamamos a mi suegra que es enfermera en Quito que había ayudado a 12 personas a salir de la enfermedad. Como se perdió mucho tiempo, empezó a tener problemas respiratorios y con las gestiones al director del Hospital Docente logramos internarlo y ahí recién le hicieron la prueba y da positivo de Covid-19”, contó el allegado.
Mencionó que una vez que supieron que el suegro dio positivo se preocuparon y al día siguiente y por cuenta propia los otros cinco integrantes de la familia se realizaron la prueba y tres dieron positivos.
“Nosotros mismos nos aislamos, a mi hija que dio positivo le instalé una carpa en la sala, mi esposa y yo nos quedamos en el cuarto y mi suegra y mi otra hija de seis años que no se contagiaron se quedaron en otra habitación. Pasamos 15 días con síntomas terribles y era mi suegra que nos curó con productos naturales y medicamentos. Los vecinos en mi barrio siempre estuvieron atentos de nuestra recuperación, fueron muy solidarios y más bien mi familia nos dio la espalda”, comentó el profesional.
Mencionó que cuando se hizo la prueba, sospecha que 15 días antes ya estaba contagiado y al día 16 recién se le presentaron los síntomas. Al día 14 que estuvieron aislados por voluntad propia, acudieron de parte del Ministerio de Salud Pública (MSP) a entregarles un certificado médico a decirles que ya están sanos. “Fue la imprudencia más grave y yo les dije que como no me dieron ni un medicamento durante el confinamiento, que antes de entregarme el certificado primero nos hagan la prueba rápida y tener la seguridad que estamos limpios. No nos hicieron, pero nosotros decidimos estar 10 días más encerrados. Al día 36 nos hicimos la prueba rápida en un laboratorio privado para que nos determinen si teníamos anticuerpo y no el virus. Nosotros nos curamos y ahí mi suegra se contagió y el milagro fue mi hija de 6 años que nunca se enfermó”, dijo.
Una vez superada la enfermedad, aunque el dolor de perder al ser querido permanece, esta familia incluso ha ayudado con la receta a policías y a los amigos que se la piden. Sin embargo, se muestran recelosos aún de salir a la calle y en especial en lugares donde existe aglomeración de personas. “Pese a que nos dijeron que tenemos inmunidad, en la familia hay temor porque nosotros pasamos momentos muy duros”, agregó. (I)