Con amigos así para qué enemigos

Los amigos pueden llevar a cabo actos tan perjudiciales que en realidad son enemigos. Este fenómeno usualmente ocurre en contextos donde se cuida intereses particulares, como en el sector político.
La campaña electoral de la segunda vuelta presidencial se acerca a su término con mítines, entrevistas, conversatorios, caravanas, visitas, tiktoks, publicidad en internet,… el ambiente está saturado, además de las redes sociales. La inversión en publicidad digital no tiene límites ni ningún tipo de control.
En medio de acusaciones que van y vienen, los candidatos y sus estrategas apuestan a ganar la atención de los partidarios del Pachakutik, de los indecisos, de los votos nulos o blancos, del reducido porcentaje de los participantes que no alcanzaron el 1% en la primera vuelta y a incurrir en el menor número de errores posibles.
En este empeño, a casi una semana del término de la campaña, debido a las acciones más recientes, cabe cuestionarse si los amigos de los candidatos son demasiado inocentes, poco meticulosos o demasiado honestos que no esconden sus verdaderas intenciones al momento de exponerse en público.
Los estrategas de la aspirante a derrotar al presidente Daniel Noboa la posicionan con la figura de una mujer de hierro, al mismo tiempo que hacen el esfuerzo para desmarcarla de las figuras emblemática del correísmo y aproximarla al sector empresarial, a los Estados Unidos y a los cristianos evangélicos.
Entre tanto, el correísmo ortodoxo sigue soñando con la espada de Bolívar, la recuperación de los antiguos planteamientos del socialismo del siglo XXI y la restricción de las comunicaciones, buscando establecer una regulación contra las iglesias, cuestionando a la primera potencia mundial y poniendo en tela de duda la dolarización. Con amigos de este tipo, los adversarios salen sobrando.
El correísmo trasnochado conserva los postulados con los que nació y gobernó durante la bonanza petrolera, generando un espejismo de prosperidad, que en la actualidad resulta inviable. La candidata a la presidencia sostiene que nadie tomará el mando si no ella y últimamente dice que las ideas de sus amigos no son las que ella adoptará.
No obstante, crece la incertidumbre. Se les «chispotea» a los correístas cuando hablan o escriben en redes sociales; son inconscientes de estar en contra de su propia candidata, o quizás, son tan honestos que no se guardan nada de lo que tienen en mente realizar. (O)