Con salud se puede hacer todo / John Tello Jara

Columnistas, Opinión


Aún recuerdo las palabras de mi padre, “puedes tener el mejor ingreso del mundo, los mejores autos o cualquier tipo de riqueza material, pero sin salud no vas a ningún lado”, palabras que actualmente entra en el contexto de la pandemia.

Por más que nos cuidemos con todos los protocolos de bioseguridad, la exposición al COVID es latente en cualquier espacio y ante cualquier persona (por más amada que sea); pero sin lugar a duda este problema nos hace reflexionar “qué tan preparados nos encontramos para paliar enfermedades crónicas?”.

De acuerdo al RAS, Registro Estadístico de Recursos y Actividades de Salud, entidad encargada de dar a conocer de manera cuantitativa el número de personal con que cuenta este sector, en el año 2018, existía 4.165 establecimientos de salud a nivel nacional, de los cuales 626 contaban con sitios de internación hospitalaria y 3.539 sin internación; así mismo el promedio de profesionales de la salud por cada 10.000 habitantes fue de 23,44; 3,12 odontólogos; 0,93 psicólogos; 14,54 enfermeras; 1,35 obstetrices y 10,19 auxiliares de enfermería.

Este dato estadístico nos obliga a analizar los fenómenos de la salud desde dos puntos de vista, el primero, considerar una fuerte inversión en equipos de tecnología y capacitar de manera permanente a los médicos y enfermeras para controlar enfermedades comunes y por supuesto las que podrían venir adelante; la segunda, que en realidad es la que más preocupa, considerar la medicina preventiva.

De acuerdo a la realidad que tenemos en varios países, las personas acudimos al médico solo cuando nos encontramos mal; primero consideramos que “ya nos va a pasar”, luego aplicamos remedios caseros, naturales, esperamos que nos diagnostique el farmacéutico y posterior a eso vamos a consulta.

Falta cultura de salud? quizá bajos ingresos económicos? cualquier sea la respuesta lo cierto es que los establecimientos públicos dan cabida al 84,75% de las consultas de prevención (19,2 millones de consultas); entonces el estado y los gobiernos seccionales deben tener mayor competencia en un área tan delicada que prácticamente paraliza la actividad del país en su entorno. (O)

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