Consentimiento viciado de Edmundo González
Si ya fue sorprendente que el ganador de las elecciones presidenciales venezolanas pudiera abandonar su país para asilarse en España, más alarmante ha sido la noticia que tuvo que firmar, bajo presión y amenaza, un documento en el que declinaba el ejercicio de representación formal o informal de los poderes públicos del Estado venezolano, fuera de Venezuela. Una vez firmado el documento, el gobierno de Maduro le permitió a Edmundo González salir de la embajada de España hacia el aeropuerto para embarcarse a la península ibérica.
En Madrid, González manifestó que un documento producido bajo coacción está viciado de nulidad absoluta, por un vicio grave en el consentimiento. Denunció que hubo en la embajada horas muy tensas de coacción, chantaje y presiones por parte de la vicepresidente de Maduro y del presidente de la Asamblea. “O firmaba el documento o me atenía a las consecuencias” y, en lugar de quedarme encerrado, consideré que podía ser más útil libre que imposibilitado de cumplir las tareas que me encomendó el soberano”, dijo a la prensa internacional.
González se reunió con el presidente del gobierno español y con los líderes de la oposición. A todos les manifestó que era el presidente electo de Venezuela. Con esta declaración exacerbó los ánimos de los lugartenientes de Maduro, quienes no demoraron en exhibir el documento firmado por González bajo coacción.
Los críticos de la dictadura venezolana han pedido a los usurpadores del poder que exhiban las actas de las elecciones, en lugar de presentar un documento sin valor jurídico alguno, por encontrarse viciado el consentimiento de Eduardo González, al haber sido coaccionado para la firma.
Lo importante es que González está libre en Europa para defender el triunfo de la oposición en foros tan importantes como el Parlamento europeo, mientras la valiente Corina Machado sigue desafiando a la dictadura de Maduro en la misma Venezuela. (O)