Cortes de luz; impacto psicológico 

Columnistas, Opinión

Los recientes cortes de luz en Ecuador han generado un notable malestar psicológico en la población, afectando tanto a nivel individual como comunitario; desde la perspectiva de la salud mental, estas interrupciones prolongadas de electricidad pueden desencadenar una serie de reacciones emocionales que van desde la frustración hasta la ansiedad y el estrés.

En primer lugar, la incertidumbre que generan los cortes es uno de los principales factores de malestar; la falta de información clara sobre la duración y frecuencia de los apagones aumenta el estrés en las personas, especialmente en aquellos que dependen de la electricidad para su trabajo, estudio o cuidados de salud;la interrupción de las rutinas diarias provoca desorganización y un sentimiento de pérdida de control, lo que puede llevar a la desesperanza y fatiga emocional.

Además, los apagones pueden afectar la cohesión social, en comunidades donde las redes de apoyo son cruciales, la falta de electricidad limita las interacciones, aumenta el aislamiento y puede generar conflictos, especialmente en entornos donde los recursos son escasos; la sensación de inseguridad también aumenta, pues la oscuridad y la falta de comunicación adecuada pueden hacer que las personas se sientan más propensas a la delincuencia o emergencias.

Para los sectores más vulnerables, como adultos mayores, niños y personas con enfermedades, los cortes de luz no solo son incómodos, sino potencialmente peligrosos, la dependencia de equipos médicos, la falta de acceso a alimentos refrigerados o la imposibilidad de recibir información inmediata sobre emergencias pueden generar pánico y un impacto emocional profundo.

Por otro lado, los apagones prolongados también afectan la salud mental al limitar el acceso a herramientas de desconexión y entretenimiento, como la televisión, internet y otros dispositivos electrónicos, para muchas personas, estos recursos son fundamentales para aliviar el estrés diario, y su ausencia puede agravar cuadros de ansiedad o depresión.

En conclusión, los cortes de luz en Ecuador van más allá de una simple molestia física, ya que generan un impacto psicológico significativo en la población, el manejo de esta situación requiere de un enfoque integral que incluya no solo soluciones técnicas. 

Desde otra perspectiva es una una oportunidad  para generar alternativas de entretenimiento y convivencia aprovechando el tiempo de desconexión fomentando la reflexión y acompañamiento con los más cercanos. (O)

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