Crisis de ética, creencias e identidad/ Juan Diego Valdivieso Rowland

Columnistas, Opinión


Vivimos tiempos difíciles, inciertos, confusos y desordenados por culpa de la pandemia. ¿O tal vez por culpa de otros factores? El Ecuador y el mundo atraviesan por varias crisis simultáneas. Aparte de la crisis sanitaria, económica, social y ambiental, enfrentamos también una triple crisis: de la ética, de las creencias y de la identidad.

Según la Real Academia Española (RAE), la ética es “el conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida”. También es parte de la filosofía que trata del bien y del fundamento de sus valores. La pandemia de corrupción en Ecuador es la muestra más evidente de que la ética no solo está en peligro de extinción como las especies marinas de Galápagos, arrasadas por el nefasto imperio chino, sino que tal vez la ética ya ha desaparecido del país de la mitad del mundo.

Asistimos atónitos a una época en la que la corrupción ha invadido casi todo. En Ecuador la viveza criolla siempre ha estado presente, sin embargo, en los últimos meses el país se ha enfrentado también a la aparición casi diaria de nuevos escándalos de corrupción en todas las instancias del Estado.

También vivimos una crisis de creencias, que según la RAE es un “firme asentimiento y conformidad con algo”. Asimismo, es un “completo crédito que se presta a un hecho o noticia como seguros o ciertos”. Esto ocurre porque la sociedad ya no cree en sus instituciones públicas, religiosas, científicas, en los medios de comunicación o en sus líderes más cercanos.

Ante tanta información que circula en Internet y redes sociales, la “infoxicación” se incrementa ante audiencias que reciben miles de contenidos de diversas fuentes que crean confusión en esta época de la posverdad y de crisis de creencias.

También vivimos una crisis de identidad: “conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás”, según la RAE. Las sociedades ya no saben qué son ni qué las caracteriza, así como los valores y rasgos que poseen. Lógicamente, los individuos piensan primero en sobrevivir a las múltiples crisis antes que defender su identidad.

¿Hacia dónde vamos? (O)

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