Crisis existencial / Psicóloga Alejandra Sánchez
Podemos llegar a sentir una crisis existencial en cualquier etapa de nuestra vida y es algo que a muchas personas les sucede. Probablemente, surge de un miedo al cambio, a salir de la zona de confort, a la incertidumbre, al miedo al fracaso, entre otros. El temor al cambio es frecuente en los seres humanos, ya que la mente siempre quiere tener el control de la situación, del siguiente paso y de la próxima experiencia.
Nos hemos puesto estándares y objetivos que consideramos fundamentales alcanzarlos en cada etapa de la vida para no sentir que hemos fracasado, muchas veces basados en lo que nos indicaron que debe ser y lo que se debe esperar de la vida. Por lo tanto, cuando los antiguos esquemas mentales caducan y ya no nos sirven porque tenemos que hacer una transición en cada etapa evolutiva, sumando la incertidumbre propia de la vida, nos sentimos en crisis.
Al no saber cuál es el siguiente paso, y al no tener congruencia entre nuestros esquemas mentales y nuestros deseos, nos empezamos a cuestionar las razones y propósito de nuestra existencia. Cuando todo aquello que pensábamos tener controlado, deja de estarlo, nuestra visión y comportamiento necesita una actualización. Para transformar esta situación, primero, debemos hacer un inventario de la vida, darnos cuenta que muchas veces estamos soñando sueños de nuestra familia o amigos, vivimos bajo los estándares impuestos o percibimos la existencia como nuestro entorno nos dijo que debíamos verla.
Si realizas una introspección sana y profunda sobre ti y tu vida, te empiezas a cuestionar y a conocer. Puedes empezar a preguntarte: si dejo a un lado todo lo que no me pertenece, ¿Cuál es mi propósito, mi sueño? ¿Qué me llena de alegría? ¿Qué actividad me llena de vitalidad y energía? ¿Cuál es mi valor más importante? Haz una lluvia de ideas y considera que cada día es incierto, está lleno de cambios y no podemos controlar todo ni tenemos por qué hacerlo.
Finalmente, considera que la crisis existencial no es algo malo, sino una oportunidad de introspección y transformación.
El camino que desees tomar es válido y está bien cuestionarlo. (O)