Cuando quieras llorar, sonríe… / Andrea Manjarrez Ocaña
En ocasiones el corazón quiere salir del pecho tan solo para hablar y volver a su lugar, porque simplemente cree que a las personas les cuesta tanto expresar los verdaderos sentimientos sin lugar a dudas es así, cuán difícil es hablar, desahogarse, brindar una opinión, exponer un punto de vista, pero no existiría la palabra éxito si en lugar de difícil sería imposible, la vida significa tomar riesgos, ir un paso más adelante, vivir en constante lucha, y para ello es importante actuar con responsabilidad, honestidad, entrega, humildad, pero sobre todo mantener muy alta la confianza en uno mismo y ahí es donde aparece la palabra mágica “autoestima”, que es la ejecución armónica de funciones, es el reconocer las capacidades, anteponer las fortalezas y superar las debilidades. Mantener un diálogo, hablar con veracidad, expresar con la mirada la sinceridad de la que muchos carecen es una virtud envidiable, significa complementar la bondad, gratitud, inocencia, cariño, valentía, y entereza en un solo ente, en un solo ser, y de esta manera convertir al mundo en un lugar mejor.
“La falta de comunicación”, es problema que ha roto matrimonios, empresas, ha causado mal entendidos, violencia, y ha sido merecedor de mil y un antivalores más; todas y cada una de estas son las consecuencias que trae el no expresarse, hablar, decir todo lo que se siente sin guardarse nada, sin comprimir tristezas, desilusiones, conflictos emocionales, reproches, reclamos, “el mundo se hizo para los valientes”, se dice por ahí, entonces sin lugar a dudas el no clamar a los cuatro vientos quien eres, que quieres, que sientes, que necesitas decir, es simplemente de cobardes; es increíble que la seguridad no es virtud de todos los seres humanos, pero se debería empezar por ahí, para poder triunfar en la más sencilla para unos y la más liada tarea para otros, la vida, recuerda que el optimismo y el desahogo es una de tus armas así que mejor Cuando quieras llorar, sonríe…(O)