Cuántos somos

Columnistas, Opinión

Por el año 310, Demetrio realizó el censo de Atenas que dio como resultado 21.000 ciudadanos, 10.000 extranjeros y 400.000 esclavos.

Si bien los censos de la antigua Grecia eran contar gente, el propósito final fue diferenciar los grupos humanos y marcar sus limites en la sociedad. Los esclavos. Solo los ciudadanos estaban facultados a asistir al ágora, presentar propuestas y quejas. Los demás eran los demás.

El resultado de los censos también obligo a la clase dominante a tomar medidas políticas y económicas. En Alejandría, año 315, un quinto de la población era judía. Más atrás todavía, en el siglo VII, ya había asentamientos judíos en Egipto; comerciantes que entraron aprovechando el “portillo” que abrió la conquista persa. Alejandro urgió a los judíos emigrar a Alejandría, ofreciéndoles derechos políticos y económicos iguales a los de los ciudadanos griegos.

En el siglo XVII apareció el economista ingles Robert Malthus con su libro Ensayo Sobre el Principio de Población, cuyos puntos principales intento resumir.

  1. Cada ser humano necesita una mínima cantidad de alimentos para mantenerse vivo.
  2. Los seres humanos, como otras formas de vida animal, se reproducen y tienden a multiplicarse. Si los alimentos son abundantes la población se duplica cada tantos años.
  3. La cantidad se suelo agrícola es limitada. No puede expandirse al mismo ritmo que el crecimiento poblacional.
  4. Por esta razón, el crecimiento poblacional está limitado por la cantidad de alimentos disponibles, por el nivel mínimo de subsistencia.
  5. Si la tendencia de la población es el crecimiento más allá del límite, la población presionará esa barrera, a no ser que sea controlada de alguna manera.

La evolución del mundo ha cambiado las cosas. En el Ecuador de hoy, cuántos somos, quiénes somos, qué hacemos, qué casa tenemos. Datos ciertos que permitan una planificación técnica del Estado. Administración del país que conduzca a optimizar la producción, la creación de empleo, educación, salud, progreso ético, bienestar general; idealismos fascinantes. (O)

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