Cuba despierta / Mario Fernando Barona
No hay mal que dure cien años ni Cuba que lo resista. Esta frase astutamente modificada ha estado rondando en estos días con fuerza a propósito del sorpresivo alzamiento del pueblo cubano en varias ciudades de la isla en contra de la dictadura castrista.
Para 1959, año en que comenzó a operar formalmente la revolución socialista en Cuba, ya se conocía ampliamente del fracaso, autoritarismo, miseria y criminalidad que provoca el socialismo / comunismo en el mundo. Es decir, había fundados elementos para evitar convertir a la isla en la meca socialista que es hoy, sin embargo, es entendible que el pueblo cubano no haya reaccionado oportunamente como debía por tres razones. La primera, desconocimiento. La segunda, el engaño de Fidel Castro cuando el 19 de abril de 1959 (apenas tres meses de iniciada la dictadura) dijo: “El pueblo de Cuba sabe que el gobierno revolucionario no es comunista”, mintió, como es costumbre en los socialistas; y, la tercera, un pueblo fastidiado por la dictadura de Fulgencio Batista, vio con expectativa e ilusión que una revolución -sea del color que sea- ofrezca cambiarlo todo.
No obstante, como he dicho, eso era entendible al inicio, pero ya después de más de seis décadas ininterrumpidas de la misma receta de fracaso, autoritarismo, miseria y criminalidad, que no se haya revelado todo el pueblo, se explica solo por el extraordinario adoctrinamiento que acostumbra impartir el socialismo basado en cuatro pilares: ignorancia, victimismo, resentimiento (odio) y división.
Espero sentida y sinceramente que este despertar del pueblo cubano no cese ni sea en vano. Y que aunque tarde -muy tarde- los isleños sacudan su dignidad y la flameen con hidalguía. Que noten que la oportunidad es ahora y que son solo ellos quienes pueden y deben hacerlo con determinación y fuerza. Lamentablemente, de existir algún tipo de intervención foránea, esta solo reforzaría aún más ese victimismo y la condescendencia en favor de los dictadores.
Y es que no es solo Cuba y millones de cubanos que quieren respirar libertad. El sueño de limpiar Cuba del socialismo sería el inicio del fin de esta lacra en toda América que nos amenaza constantemente. En realidad, es el mundo -literalmente todo un mundo de ciudadanos decentes- que ruega por liberarse de una vez por todas de estas formas de gobierno apoyadas por el narcotráfico, la delincuencia organizada y el crimen en todas sus formas.
Dios quiera que el mal en Cuba dure estos 62 años y no llegue a los cien. (O)