Danzantes bailaron por religiosidad

Interculturalidad
El personaje conocido como ‘prioste’ llevó la insignia donde sobresalió la figura de la media luna y la imagen de la Niña María de Jerusalén. (Foto El Heraldo) 
 

Los barrios aledaños a la parroquia de San Miguelito de Píllaro se unieron para danzar en honor a la Niña María de Jerusalén. Entre los personajes que llamaron la atención estuvieron los danzantes, quienes con su colorido vestuario brillaron en medio de sofocante sol.

El llamado ‘prioste’ se colocó al inicio de la coreografía con la insignia del priostazgo, que fue el objeto plateado en cuyo extremo se avizoró la figura de la media luna y la imagen de la Niña María de Jerusalén. El objeto en si tenía la altura de dos metros y que el prioste movió de un lado al otro para dar cuenta que detrás de él llegaban los danzantes.

Este tradicional y ancestral personaje, el danzante, fue llamativo. Las personas que participaron en el baile demostraron la fe y convicción en su patrona celestial.

Lucieron los pesados penachos llenos de adornos, al igual que sus pecheras, sin dejar pasar por alto los cascabeles en sus pies y rodillas que lucieron en medio de los blancos pantalones.

La figura de los danzantes brillaron en cada paso, ya que el sol dejó deslumbrar los espejos, encajes, monedas, adornos en su fastuoso atavío.

Los asistentes aplaudieron el paso de los danzantes, porque son personajes que no sólo rindieron sus respectos a la Virgen, sino que también representan el ciclo productivo de la siembra.

La vestimenta de los conocidos como ‘tushug’   simboliza a español bailarín o también al hacedor de la lluvia. Esta figura ancestral denotó una llamativa pechera que representa a la cruz andina, conocida también como chacana, donde lucen los espejos y oropeles o el conocido oro falso.

Los danzantes llegaron hasta el centro parroquial de San Miguelito y recorrieron las calles alrededor del parque; pasaron por frente las autoridades saludando y llegaron hasta la iglesia de la Niña María de Jerusalén, donde entraron y oraron a su patrona celestial. (I)

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