De las particiones a la realidad

Columnistas, Opinión

No me imagino lo que pensarían Isaac Newton o Srinivasa Ramanujan de llegar a enterarse cómo ha evolucionado la teoría matemática de particiones en el Ecuador, al punto de llegar a definir nueva mayoría para el número primo 5, de tal suerte que un consejo administrativo jurisdiccional, así integrado, resuelve, con tan solo 2 votos favorables del total de sus miembros, sin ni siquiera inmutarse, peor avergonzarse de la osadía y el desparpajo puestos en práctica.

Un médico de reconocido prestigio, muy cercano a mis afectos, con firmeza aunque esbozando una sonrisa, solía decir -para referirse a ciertas personas- cuyas actuaciones dejaban mucho que desear, que “no tenían sangre en la cara sino horchata”, poniendo por cierto a salvo, el sabor y la energía positiva del refresco.

Pasado el tiempo, la frase se me hace tan adecuada y actual, que no cabe ninguna duda sobre quienes serían acreedores naturales para ser así referidos y señalados, dado su comportamiento impropio y abusivo.

¡Pero no son los únicos!  Y aunque huelga decirlo porque suena a resignación, parecería que se trata de un mal del que adolecen varios de los organismos colegiados, particularmente constituídos por miembros que totalizan, en número primo 5 o 7, a sus integrantes.

Así, en otro rincón de las funciones del estado, se adoptan en cambio decisiones que, aunque con número adecuado de votos, terminan siendo razonablemente inconsistentes en su fundamentación y alterando principios de legalidad bajo la estricta vigencia de la suposición, tanto que se crea una ambivalencia y afectación a la certeza electoral, de una u otra forma ya preocupante y molesta.

¡El país no se merece tanta mala suerte!

La funcionalidad, entendida como la capacidad de una persona de llevar por sí misma la orientación de sus actos y hacer lo que ella desee de su entorno, realizando las actividades de la vida diaria desde el punto de vista psíquico, físico y social es, a la hora de la verdad, factor determinante y desencadenante de situaciones y registros positivos o no, para toda una colectividad sujeta a sus pronunciamientos.

Pero bueno, también los colectivos que se constituyen con integrantes que suman 7, patojean en sus acciones y extralimitan sus atribuciones, al pretender -por ejemplo- erigirse en “dioses que resuelven sobre el bien y el mal”. Tan equivocados como aquellos andan, pero, además, convencidos “in extremis” de sus “virtudes”, reniegan de las falencias e ingratitudes que les asignan. No obstante, piden auxilio al órgano superior al que pretenden liquidar, para que diga si lo que piensan hacer está correcto o no.

Los imponderables “sazonamientos culinarios del último postre” les afecta la memoria y dificulta el pensamiento. Sus acciones, entonces, se vuelven rastreras e insuficientes, de cara a satisfacer los mandatos de su patrón.

Vaciada la conciencia, probablemente tengamos a nuestro haber una realidad distinta en la que pensar y actuar. Mientras eso ocurre, estamos llamados a mantener la calma y fortalecer el espíritu, pensando siempre en forma positiva.

La campaña electoral continúa. Las propuestas se ajustan, se amplían. Las caminatas se realizan con mayor frecuencia y las adhesiones se suceden con espontaneidad.

El País, se moviliza al ritmo de las ideas.

Al fin del día, cuando la luz se oculta, la inteligencia brilla y enfila sus pasos hacia el porvenir. Por ello, no hay nada más gratificante que vivir en paz y en democracia.

Alinearse con los astros para acceder al infinito y depurar el optimismo, deja de ser un anhelo para convertirse en realidad.

El sol siempre sale por la mañana. Abriga el ambiente y genera la vida.(O)

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