Definiciones/ Esteban Torres Cobo
Se cierran los plazos electorales y las definiciones son necesarias. A nivel presidencial no han faltado las sorpresas, los desistimientos y las decepciones. La “adquisición” de movimientos o la rehabilitación de los ya moribundos para terciar, para engañar o para impedir que el adversario participe han sido la tónica de los que no tenían vehículo propio.
Divisiones internas en la mayoría de partidos, y algunas más sonadas como la de la CONAIE y Pachakutik, no han faltado. Es una incógnita quiénes podría estar en la segunda vuelta. El correísmo optó por insistir hasta el final con su carta fuerte en la vicepresidencia, sabiendo los obstáculos legales y los riesgos que el expresidente Correa no pueda acompañar el personaje de la familia Peluche que decidieron poner de candidato a la Presidencia.
Por la centro derecha tampoco hay definiciones. Al menos no hasta hoy. Lo que sí es cierto es que de no haber alguna mínima unidad el correísmo y el buenismo de Yaku podrían eliminarla de segunda vuelta. El país, sin embargo, no aguantará cuatro años más de lo mismo que ha soportado por catorce. ¿18 años consecutivos de correísmo? Ni la peor predicción de Nostradamus calzaría. (O)