Del oficio y finalidad de un cronista oficial. 2022 / Pedro Reino Garcés

Columnistas, Opinión

Al parecer hay que rememorar criterios sobre el quehacer de un cronista oficial. Los argumentos apuntan a que “Alcronista oficial se le encomienda la tarea de defender los valores culturales de su municipio, promover la investigación en torno a ellos, así como asesorar a las autoridades y organismos de la Administración sobre las cuestiones anteriormente esbozadas.”. Por designación del Ayuntamiento de Ambato tengo la designación de Sexto  Cronista Oficial y Vitalicio de Ambato desde Septiembre de 2010, con carácter de ad-honorem. Pero esto, entre avatares “intelectuales” y políticos, me ha significado desde el principio, una falta de respaldo presupuestario para la producción investigativa que amerita la cultura de la ciudad y la provincia. Esta labor que fue ignorada desde la administración de Luis Amoroso hasta la actualidad. Sin embargo de ello, la cantidad de publicaciones con mis propios recursos están al servicio de la patria que requiere de mis investigaciones, sobre todo paleográficas.

Una lectura de contraparte, es decir de quienes tienen pleno derecho de opinar libremente sobre sucesos del entorno, a más de lo que imprima la prensa en publicaciones; o se lo haga en libros y revistas, debe tener conocimiento (les guste o no) de lo que dice un cronista oficial, quien quiera que sea, para discrepar o adelantar el conocimiento y la crítica sobre los hechos de su entorno. De forma obligada, un cronista oficial debe hacerlo sobre el laberinto de inexactitudes que haya que normar para que el caos no impere en tiempos de las redes sociales o de librepensadores que “componen el mundo” a su manera.

Viene al caso este dato: “Según Esteban Prieto Vicioso, responsable de conservación de la catedral de Santo Domingo (en República dominicana), todo apunta a que los restos que alberga esta tumba son los de Gonzalo Fernández de Oviedo, un nombre tan ignorado por el gran público como imprescindible para conocer la historia de América: nacido en Madrid en 1478 y muerto en Santo Domingo, en 1557, se trata del primer cronista oficial de Indias, nombrado por orden del emperador Carlos V, el primer historiador que de forma sistemática informó y publicó libros no solo sobre los hechos de los españoles en América, desde el primer viaje de Colón en 1492, hasta la sublevación de los Pizarro en Perú, en 1549, sino también el primero que comenzó la descripción física, botánica, zoológica y etnográfica del continente”.

En mis manos una magnífica impresión de un libro hecho por la municipalidad de Ambato: “Memorias del Bicentenario de Ambato – diálogo y reflexión (2021) que se presentó en este diciembre, no se sabe en qué tiraje. Destaco la prolífica bibliografía de respaldo del artículo de la Dra. Judith Pinos Montenegro, sobre el tema: La Educación: Balance de la Historia Reciente. Contrasto con la ausencia total de respaldo que en cambio aparece en el artículo de Héctor Chávez Álvarez en un tema de vital importancia y con el que se abre el libro: Ambato, Tierra de Encuentros. No se sabe de dónde toma aseveraciones que orientan a la confusión con que hemos asumido esta parte de la historia, y que nos pone en evidencia una falta de actualización frente a los especialistas en estos temas.

Escribir sobre Perspectivas en la literatura en Ambato marca algunas imprecisiones sobre ciertos autores “prolíferos” sin libros y omisiones a lecturas de solapas de otros autores afincados en Ambato, que han merecido premios nacionales e internacionales que no constan en el registro de la articulista Pomboza. No está por demás complementar con el artículo de Edgar Castellanos que hay una edición español-alemán en 433 páginas publicado en Austria-Europa por la editora Peter Lang Edition, 2013, que titula América Guitarra de otros Verbos, de autoría de quien suscribe, y que contribuye a la panorámica que supera la reiteración de nuestro orgullo sobre los tres juanes. Queda para otro comentario de reseña los demás artículos. (O)

Deja una respuesta