Depresión en Adolescentes / Psicóloga Clínica Alejandra Sánchez
Todas las personas sentimos tristeza ocasionalmente y eso es algo normal, no obstante, la depresión se considera algo mucho más serio, siendo una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. La depresión es un estado de tristeza prolongada acompañada de una sensación de vacío interior, desinterés general, disminución de la comunicación y del contacto social, alteraciones del apetito, sentimientos de culpa y de incapacidad, irritabilidad, pensamientos de muerte e incluso intento de suicidio, entre otros.
Los síntomas de depresión más frecuentes en los adolescentes son: aumento o descenso de peso, hipo o hipersomnia, disminución del rendimiento académico, problemas de atención y dificultad para la concentración, baja energía, ausencia de motivación, baja autoestima, evitación de actividades lúdicas, disminución en la interacción social.
Es importante resaltar que este trastorno tiene una correlación con factores genéticos, psicológicos, sociales y ambientales. Entre los factores más importantes están la predisposición genética y el contexto familiar. Los estudios han mostrado una alta correlación entre la depresión juvenil y la disfuncionalidad de los hogares de proveniencia. Los eventos traumáticos durante la infancia, como el abuso físico o emocional o la pérdida de uno de los padres, pueden causar cambios en el cerebro que aumentan el riesgo de presentar depresión. Así mismo, varias investigaciones han demostrado que la exposición de los adolescentes a contextos familiares hostiles, incongruentes y con patrones de educación autoritarios, está relacionada con diversos desajustes emocionales y cognitivos entre los que se encuentra la depresión.
A estos factores le siguen los problemas de tipo social, como la pérdida de un amigo, apoyo social inadecuado, vivir solo, entre otros. En ese sentido, las interacciones con el grupo de iguales como los amigos del adolescente también pueden resultar en un factor de riesgo.
Es por lo tanto, importante para los padres o educadores, estar atentos a estos cambios de comportamiento del adolescente, para ayudarlo con apoyo psicológico profesional.