Depresión invernal / Fabricio Dávila Espinoza
La Navidad es la época más feliz del año. Aun así, en el tramo final de cada diciembre se reportan cifras altas de depresión y suicidios consumados o frustrados.
La explicación de este fenómeno tiene varias aristas. El invierno afecta el estado de ánimo. El descenso de temperatura en muchas regiones del mundo hace que la época navideña se convierta en un tormento. Según datos de acceso público, aproximadamente el 10 por ciento de la población padece depresión invernal o trastorno afectivo estacional desde edades muy tempranas. Las mujeres serían más propensas a sufrir esta afección.
La explicación bioquímica de este fenómeno está asociada a la intensidad de la luz solar. Según esta teoría, una menor cantidad de luz durante el invierno afecta la producción de serotonina, neurotransmisor que interviene directamente en el estado de ánimo y la melatonina, hormona que regula los ciclos de actividad. El doctor Óscar Galicia, académico del Departamento de Psicología de la Universidad Iberoamericana asegura que el número de suicidios suele incrementarse en el periodo invernal debido a estos factores.
En Las zonas que no tienen las cuatro estaciones o donde la Navidad no coincide con el invierno, muchas personas se entristecen, no por el clima, sino por circunstancias emocionales propias del cierre de un ciclo y el recuento de todo lo que se hizo o se dejó de hacer. A esto se suma la soledad. Los festejos de fin de año son oportunos para interactuar con la familia y los amigos. Por esta razón, las personas que carecen de vínculos familiares y no tienen amistades firmes terminan peligrosamente aislados.
La depresión es una situación que debe ser atendida profesionalmente. Sin embargo, hay consejos a priori que podrían salvar vidas: no todo puede ser perfecto, detrás de muchas caras felices hay estrés y preocupación; la soledad no hace menos valiosa o querida a una persona; la felicidad no depende de otros, sino de sí mismo; lo que hacen o no hacen otros es su responsabilidad; desahogarse o compartir las emociones no vuelve débil a nadie; agradecer y sonreír por las cosas agradables permite encontrar la felicidad en lo pequeño; ocupar el tiempo libre para realizar algún servicio produce satisfacción y rodearse de gente positiva es correcto. (O)