Deuda Externa: Un Desafío para el Próximo Gobierno 

Columnistas, Opinión

La deuda externa ha sido una constante en la historia económica del Ecuador, con periodos de endeudamiento acelerados seguidos de crisis fiscales; de hecho, Ecuador lleva más de 15 años con un déficit fiscal consecutivo; necesario recordar que el 2008 fue el último año en el que se registró un superávit.  Mientras que, el déficit presupuestario del 2024 alcanzó los 3 107 millones de dólares. Evidentemente, para cubrir este déficit, el Gobierno recurrió a la emisión de deuda interna y a préstamos de organismos multilaterales, incrementando la deuda total 

La deuda pública del Ecuador alcanzó los 82 940 millones de dólares en el 2024, con un incremento del 8,8% interanual. De este monto, $48 360 millones corresponden a deuda externa y 34 580 millones a deuda interna. 

Según información oficial, hasta el año 2029 se deberán pagar 16.000 millones de dólares en deuda externa. Este compromiso representa uno de los principales desafíos para quien resulte electo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de Ecuador, que se celebrará el próximo 13 de abril de 2025. Evidentemente, los Mercados internacionales siguen de cerca el cumplimiento del pago de la deuda, y su impacto en la estabilidad económica del país.

El gobierno de Noboa, ha demostrado su intención de cumplir con el pago de la deuda externa. Esta actitud genera confianza en los mercados internacionales, ya que los inversionistas y acreedores valoran la estabilidad financiera y la responsabilidad fiscal de un país.

Ciertamente, cuando un gobierno muestra voluntad de pago, reduce la incertidumbre sobre posibles impagos o reestructuraciones de deuda, lo que puede traducirse en mejores condiciones de financiamiento, menor riesgo país y más oportunidades de inversión.

Por otro lado, la preocupación en los mercados internacionales no se debe únicamente a la deuda externa, sino a la incertidumbre sobre las políticas económicas que podría implementar Luisa González en caso de ganar la presidencia. Las dudas surgen sobre medidas como el manejo del gasto público, la política fiscal o la relación con organismos internacionales, lo que puede generar volatilidad en los bonos del estado y afectar la confianza en la economía ecuatoriana traducida en menor consumo e inversión, migración y fuga de capitales.

No se debe olvidar que Luisa González es la candidata del movimiento político liderado por el expresidente Rafael Correa, bajo cuya administración Ecuador entró en «default». Esto significa que, en ese período, el gobierno declaró una moratoria unilateral de su deuda, argumentando que era ilegítima y de manera voluntaria decidió no cumplir con el pago de las obligaciones de deuda externa.  Esta decisión tuvo un impacto en la credibilidad del país en los mercados internacionales, afectando su acceso a financiamiento y elevando el riesgo percibido por los inversionistas.

Sin duda, la deuda externa será uno de los mayores desafíos para el próximo gobierno de Ecuador, ya que impacta directamente en la estabilidad económica, la inversión pública y la confianza de los mercados. (O)

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