DICIEMBRE: Libera el peso de las Expectativas
Diciembre un mes en donde se refuerza la FE cristiana con el mensaje de Paz, Amor y
Esperanza que nos trajo Jesús, ese extraordinario ser, figura central del cristianismo.
Normalmente, las personas se resienten por aquello que alguien les hizo. En este sentido, y
tomando en cuenta la amistad y el amor que se pregonan en estos días, ¿Será posible reducir
esa susceptibilidad que tenemos de ofendernos por casi todo?
Sin duda una de las causas de sentirse ofendido es la de tratar de imponer el punto de vista de
uno a otra persona y tratar de “guiar” su vida; cuando decimos lo que debe hacer y nos dice
“no”, se generan resentimientos. Primero, nos sentimos ofendidos porque no hizo lo que
queríamos. Luego, la otra persona se ofende porque no la aceptamos como es. Y vamos
generando un círculo vicioso que refuerza el problema original que luego es difícil de sanar.
Ciertamente todas las personas tienen el derecho natural de orientar su vida a su manera y
como les plazca; y por supuesto, aprenderán de sus propios errores y experiencia propia, así
que hay que ¡Dejarlos ser! Evidentemente hay que entender que nadie te pertenece, y que tu
pareja, o tu familiar, no es tu hijo (aunque a decir verdad ni tu hijo te pertenece).
Alguna ocasión leí en un libro la importancia de aprender a manejar nuestras expectativas,
porque estas son las que en realidad nos hieren. Es decir, nadie nos ha ofendido, son nuestras
expectativas de lo que esperamos de esas personas, las que nos hieren.
Para entender mejor lo que estoy manifestando, primero debo decir que las expectativas son
ideas o suposiciones que tenemos acerca de cómo se desarrollarán ciertas situaciones, y en
muchos casos, influyen en nuestra actitud y comportamiento hacia otras personas; segundo,
las expectativas las creamos nosotros con nuestros pensamientos; y claro los pensamientos no
son reales, son imaginarios. Es decir, si tú esperabas que tu hermano te diera una mejor
atención y no te la dio, no tienes por qué sentirte ofendido.
Si pensabas que tu pareja respondería de tal manera y no lo hizo… Tu pareja no te ha
ofendido; es la diferencia entre las atenciones que esperabas tuviera contigo y las que
realmente tuvo, las que te hieren. Nuevamente, son tus expectativas.
Quizá con el mensaje de la Navidad podamos aprender a manejar nuestras expectativas;
seguramente disminuiremos la posibilidad de ofendernos; por supuesto, esto no implica
tolerar actitudes dañinas o que nos lastiman; en realidad, se trata de entender que no
podemos controlar a los demás; lo único que controlamos es nuestra reacción, no la manera
de actuar de los otros.
Una vez más, nadie te ha ofendido, son tus ideas de como deberían actuar las personas, lo que
te lastima; por tanto, libera el peso de las expectativas sobre aquellas personas que estimas y
quieres.