Dictaduras y licencias
Quienes apoyan al dictador Maduro en Ecuador sostienen maliciosamente que el Presidente Noboa es un dictador por no haber tramitado su licencia durante los 33 días de la campaña electoral. A ese coro de detractores chavistas se han sumado varios opositores de Noboa, unos con plena conciencia, esto es, como cómplices activos, y, otros, con la ingenuidad propia de los que desconocen las consecuencias de la licencia sobre la institucionalidad del Estado.
En las dictaduras ocurre lo que están viviendo los venezolanos. Maduro se queda en la jefatura de Estado y de gobierno habiendo perdido las elecciones.
En otras palabras, por la fuerza de las armas. Los ciudadanos que protestan ante semejante abuso son acallados, retenidos o silenciados para siempre. El ganador de las elecciones está en el exilio.
En Ecuador, el Presidente Noboa gobierna desde Carondelet con el beneplácito de una amplia mayoría ciudadana. Su decisión de no permitir que sus enemigos usurpen la presidencia, les ha molestado a ellos y al coro de mal intencionados e ingenuos que no han podido desbancarlo por 33 días. Para la inmensa mayoría esa postura presidencial, de no ceder ante los enemigos de la institucionalidad presidencial, ha sido positiva.
Legalmente el Presidente no necesitaba hacer uso de licencia alguna, al no serle aplicables los artículos 42 de la Ley de la Función Legislativa y 93 de la Ley Electoral. El art 42 es aplicable para otras licencias presidenciales de hasta un mes, sin que la Asamblea tenga la obligación de otorgarlas. El art 93 se aplicable a las reelecciones cuando el dignatario ha cumplido un primer período completo. Este primer año y medio de Noboa es primer período completo.
Los que apoyan al dictador Maduro frontalmente o escondidos en disfraces de ángeles de las libertades carecen de altura política para cuestionar el talante democrático del Presidente Noboa.