Discrepancias internacionales / Jaime Guevara Sánchez

Columnistas, Opinión

Todos los días, el territorio fronterizo entre México y Estados Unidos es un escenario copado por miles de latinos, originarios de varios países del continente americano, tratando de ingresar ilegalmente a los Estados Unidos en busca de trabajo. La gigantesca zona está dominada por mafias mexicanas que lo único que buscan es desvalijar a todos los peregrinos que caen en sus manos, violar a muchachas inocentes, y, en muchos casos, despacharlos al cementerio.

Como el gobierno mexicano no ha podido establecer autoridad en la frontera norte, Donald Trump, Presidente de Estados Unidos, ha dispuesto la construcción de una barrera artificial para detener la invasión foránea.

En el otro extremo geográfico, Estados Unidos tiene un excelente vecino, Canadá. Un vecino apreciado por todo el pueblo gringo. Los dos países comparten una frontera desmilitarizada; 5.500 millas de longitud sin armas que apunten en dirección alguna.  

Diez millones de canadienses cruzan la frontera cada año, de ida y vuelta a Estados Unidos. La mayoría de esos viajeros regresan a su país sin que la aduana revise sus vehículos. No hay nada que contrabandear.

El territorio de Canadá, 3.849,670 millas, es más grande que el de Estados Unidos, 3.649,670 millas. El problema que estos números representan es que una enorme extensión de territorio canadiense no es cultivable. La mayoría de los 30 millones de canadienses viven en una faja territorial angosta que se extiende justo pegada a la frontera con Estados Unidos. Aventurarse a intentar vivir un poco más al norte es imposible por las temperaturas extremadamente bajas, mucho más bajas todavía en invierno.

Pero ¿por qué el pueblo canadiense puede vivir dignamente, mientras que para el gobierno mexicano grandes sectores de su pueblo luchan por expatriarse? Canadá tiene fortaleza en su organización, en su economía, en su producción, en fuentes de trabajo. Educa, prepara a su pueblo. Los canadienses viven en el mejor de dos mundos. (O)

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