Donación de sangre / Editorial
La Cruz Roja del mundo ha cumplido en el pasado y cumple en la actualidad una trascendental actividad humanitaria, tanto en tiempos de guerras como en los periodos de paz, desde cuando fue creada hace tiempos inmemoriales. Basta recordar su accionar en las dos guerras mundiales de 1.914 y de 1.939, en las que los cruzrojistas en los lugares de alto riesgo atendieron a los muertos y a los miles de heridos.
La sangre es el elemento fundamental para el trabajo de los brigadistas, con ella salvan vidas humanas. Por ello, la Cruz Roja, con cierta periodicidad, invita a la gente a donar sangre que, almacenada técnicamente, sirve para ser utilizada en los miles de casos de emergencia que, a diario, se presentan en nuestro medio.
Los accidentes de tránsito se han incrementado en forma incontrolable con consecuencias de muertos y heridos que, como es obvio imaginar, necesitan la presencia de los brigadistas que tienen que acudir con las pintas de sangre para socorrer a las víctimas. En riñas y enfrentamientos personales, en múltiples casos, se requiere de sangre.
La Cruz Roja local requiere de 650 unidades mensuales, que requiere de donantes voluntarios saludables. Esta realidad es un verdadero reto para la gente común y corriente que debe responder con gusto y satisfacción como contribución para salvar vidas. Se debe superar ciertos prejuicios de que la donación de sangre puede ser perjudicial a la salud del donante, es más bien beneficiosa. (O)