Drogas en la ciudad / Editorial
Cada día se agudiza más el problema del consumo y comercio de la droga en nuestro país y, por supuesto en nuestra ciudad. El problema empieza sobre todo cerca a los establecimientos educativos, con los jóvenes como mayores presas de los delincuentes y de las bandas que buscan introducirlos en el consumo y convertirlos en sus clientes.
Parte de la ciudadanía se queja que los parques oscuros y las calles sin iluminación son los principales lugares para que estos hechos se susciten. Así también la falta de uniformados que vigilen especialmente el expendio de estupefacientes y que asistan a estudiantes y profesores en el combate a este problema en crecimiento.
La lucha, sin embargo, es de todos. No solo del Municipio o de la Policía Nacional y el Estado sino también de las propias familias, de los jóvenes, de los profesores y de todos aquellos que, teniendo constancia de lo que sucede, pueden denunciar lo que sucede y pueden impedir que la población caiga en estos graves vicios que generan destrucción en las familias y desordenes en la sociedad.
Hay que seguir fomentando con mucho ahínco y esfuerzo una cultura del deporte y de la vida saludable y activa. De la competencia deportiva sana entre colegios y de un rechazo absoluto a errores tan nefastos como la droga o el alcohol. (O)