Ecología, situación alarmante / Lic. Mario Mora Nieto
“Se ha dicho, con mucha razón, que si el debate entre economistas puros y ecologistas salen perdiendo estos últimos; en definitiva saldrán derrotados también aquellos, pues, la descarnada realidad de los hechos habrá demostrado demasiado tarde la incapacidad de la ciencia económica para resolver el problema de la sobrevivencia de la especie humana” (Raúl Moscoso Álvarez).
En una novela de ciencia ficción (lamentablemente parecida a la realidad) los hombres idearon el método adecuado que permita enviar toda la basura al espacio, específicamente a un planeta llamado “Basurero XXI”. El proyecto fue todo un éxito y durante varios años los terrícolas olvidaron el problema de los desechos hasta que el planeta sobrecargado de basura abandonó su órbita y les cayó encima sepultando las ciudades, los bosques y los ríos de la Tierra.
Habida cuenta de que todos los tipos de desechos en nuestro planeta crecen 10 veces más rápido que la población, el argumento de la novela parece más que real.
La polución a causa de los residuos es uno de los problemas más graves que afectará a la humanidad. Los daños son irreversibles en todos los sectores del planeta.
Uno de cada dos leones marinos que habita en la parte nórdica del pacífico ha sido encontrado muerto con un objeto de plástico en su estómago. De los 50 albatros hallados sin vida en las islas ubicadas en el centro del mismo océano, 45 habían tragado algún objeto de material plástico.
Un grupo de investigadores que desembarcó en una de las islas desiertas del pacífico, a mil millas al noroeste de Honolulu, quedó perplejo a ver que las playas y bancos de arena estaban cubiertas de una increíble cantidad de bolas, botones, jaboneras, juguetes y botellas de plástico.
A esto hay que añadir, entre otras cosas, el llamado “neocolonialismo tóxico” que se registra permanentemente, ya que, los países industrializados producen miles de toneladas de desechos tóxicos que se los envía a los países subdesarrollados para que los destruyan. Los Estados Unidos calculan convertir las Islas Marshall del pacífico en un basurero. Siete millones de toneladas de basura serán llevadas a estas bellísimas islas, pagando 56 millones de dólares, es decir, ocho dólares por tonelada.
En definitiva el medio ambiente se ha convertido en basurero provocado por la vida misma. Más específicamente por la vida humana que significa basura, aguas negras, aire contaminado.
Hace rato se han encendido las alarmas; la situación es dramática.
Es urgente parar el deterioro de la naturaleza que pese a su magnitud no parece haber generado una conciencia adecuada para revertir esta tendencia ni en la sociedad civil, ni en el Estado. Ojalá no sea demasiado tarde. (O)