EDITORIAL / Ambato, en la Década de 1940 Martes de carnaval
El día martes de carnaval, en la década de 1940, acostumbraban varias familias, amigos y amistades, a pasar fuera de la ciudad; el lugar preferido fue el barrio de Ficoa, en donde habían exuberantes y extensos huertos frutales y sitios apropiados para estar en medio de la naturaleza en un día especial; era una de las características, de aquellos tiempos pasados que son inolvidables.
Muchas personas, en las primeras horas de la mañana iban caminando desde el centro de la ciudad. por la calle Juan León Mera, hasta el barrio conocido como «La Delicia», llevando la indumentaria adecuada, para jugar carnaval exclusivamente con agua.
Continuaban, por una calle empedrada, adjunta a un molino hidráulico, para llegar al puente de madera, también denominado “La Delicia”, por el que se atravesaba el río Ambato, para luego ascender, arribar a la llamada Ciudadela México, e ingresar al Barrio de Ficoa.
La calle principal, hoy denominada Avenida de los Guaytambos, era bordeada de grandes huertos frutales, con una casita tradicional, de amplio corredor frontal, donde se destacaban gigantescos sillones y cuadros de pinturas de hermosos paisajes; además, poseían varios cuartos que hacían de cocina y comedor, sala, dormitorios y bodegas.
Los amplios terrenos, eran apropiados para jugar carnaval, en los grandes tanques que se llenaban de agua; en el que se arrojaban a las personas, para luego secarse al sol, sirviéndose ricas frutas que brindaban los propietarios.
Posteriormente, se cambiaba con ropa seca y nadie mojaba, era la hora de almorzar, una suculenta y sabrosa comida, generalmente una deliciosa fritada, con mote, llapingachos, aguacate, ají y chicha dejora.
En la tarde, comenzaba el baile, al ritmo de las melodías de moda de esa época: el merengue, la cumbia, la conga, la guaracha, el mambo y terminaba el espacio musical, con un bolero, que se bailaba «cachete con cachete, pechito con pechito, ombligo con ombligo».
Terminaba la fiesta, Con “La Hora del Saltahspa” alegre música nacional, que ponía a bailar a todos. No podía faltar unos traguitos, que aumentar el ambiente festivo. Así, se festejaba el martes de carnaval, en tiempos pasados, década de 1940, en la tranquila ciudad de Ambato.