Cárceles y fugas / Editorial

Editorial

Nuestro país vive un discurso gubernamental ‘al aire’ de que, ‘se ha retomado el control en recintos carcelarios’;  todavía, las matanzas entre bandas, mafias y grupos de poder delictivos, continúan, por temas ideológicos y de protagonismo mediático, con fines de causar temor en ciudadanos a nivel nacional. La inseguridad crece cada día en Ambato y todo el Ecuador.

     Si bien los sitios penitenciarios que albergan a gente con penas y sentencias acumuladas por atrocidades y crímenes de Estado, sea de índole personal, en su momento, la ciudadanía se pregunta: ¿Por qué el control en cárceles, de entes gubernamentales, Policía Nacional, Militares y empresas aliadas al sistema carcelario, con fines de protección, no es suficiente para el manejo adecuado de prisiones?  

    Pese a que, ayer, se dio la recaptura de antisociales (fugados PPL), en Santo Domingo, en este el último año, la crisis carcelaria sigue con el propósito de causar miedo en la población, fomentando conflictos internos entre presos, al interior de las prisiones, con fines de desestabilización de cabecillas de turno, dando a relucir el poder de mafias organizadas, manchando la política e incluso el deporte ecuatoriano.  

    Se habla de una «seguridad», con un discurso presidencial de que, al parecer, el control carcelario está controlado, cuando, la realidad es otra y no solo en cárceles, sino en ciudades con una población mayor, donde, lastimosamente, nuestro país, está en una lista, catalogado como peligroso frente al turismo extranjero y nacional que alertan la visita a la legislación ecuatoriana. 

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