El transporte en rebeldía / Editorial

Editorial

    La paralización del transporte interprovincial afecta la actividad económica de la provincia y el país. Los transportistas de Tungurahua llaman a este paro como suspensión de actividades por la falta de acuerdos con el gobierno nacional. La escasez de pasajeros e ingresos golpean la precaria economía del transportista y si, a esto le sumamos el incremento del precio de los combustibles, su afectación es mayor.

Está bien el reclamo, si los transportistas se sienten afectados, lo malo está en perjudicar a los usuarios, sobre todo, los que necesitan movilizarse por trabajo, atención médica, negocios, comercio, en fin, un sinnúmero de actividades que no se pueden cumplir, por la falta de movilización.

Los acuerdos son necesarios para evitar el colapso total de negocios y del transporte. Autoridades y transportistas tienen que sentarse a conversar y buscar soluciones. El precio de los combustibles aumenta, porque sube el costo de refinación de los derivados de petróleo, afectándonos a todos.

 Lo importante sería buscar un equilibrio para que el precio se estabilice y no suba mes a mes. El subsidio a los combustibles desequilibran los ingresos del gobierno, por este motivo, se promovió el sistema de bandas para fijar los precios. La alternativa del subsidio seria focalizarlo y dirigirlo a los sectores que en verdad lo necesitan, en este caso, al transporte. No obstante, pese a los requerimientos, se conoció ayer que hubo humo blanco, por parte del sector transportista, tras conocer la subida de precios de pasajes en un 15 % desde el mes de mayo. (O)

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