EDITORIAL / Epifanía Popular
La religiosidad de los ambateños y tungurahuenses ha sido intensa en las celebraciones de la Epifanía, esto es, la adoración a Jesús luego de su nacimiento, con los reyes magos llevando un poderoso mensaje de fe, mientras Herodes conspira.
En las parroquias rurales de Ambato hubo festividades de alto contenido religioso, que comenzaron el sábado y terminaron el domingo. Durante un año se prepararon quienes representaron sobre todo a los reyes magos para versificar y actuar, ante miles de creyentes, en las plazas públicas de cada barrio y caserío.
La religiosidad popular del pueblo creyente es la que enriquece la fe en las sociedades. Mientras más urbana y elitista es la sociedad, menos religiosidad expresan sus miembros. Por el contrario, mientras más rural y marginal es la sociedad, más altos son los niveles de religiosidad.
En las ciudades de varios países europeos las iglesias se han convertido en librerías, restaurantes, e, inclusive, en lugares de alojamiento, ante el escaso número de fieles. La realidad de Ambato y Tungurahua y, en general, del Ecuador y de Latinoamérica, es diferente.