Escuelas Comunitarias / Editorial
El Gobierno de la República se encuentra en la tarea importante de la reapertura de las escuelas comunitarias en varios sectores rurales, en los que funcionaron durante décadas, antes de que al gobierno anterior se le ocurriera la equivocada idea de suprimirlas para reemplazarlas con las, pomposamente, denominadas las escuelas del millenium.
Es verdad que muchas de aquellas escuelas se encontraban descuidadas en su aspecto estructural y ornamental, carecían de maestros suficientes, de equipos complementarios para la buena preparación de los niños de la zona. Se había creado aquellas escuelas en lugares apropiados para atender las necesidades educacionales de la población escolar asentada en poblados cercanos.
Lo oportuno antes como ahora era el mejoramiento de todo el sistema de las escuelas existentes, dotándolas de comodidades y funcionalidad adecuadas, de pupitres, de equipos de computación, de todos los insumos necesarios para la enseñanza y de los profesores suficientes en número y en especialidades, con estímulos profesionales y económicos para que vivan en el lugar de trabajo, a fin de que se identifiquen con la comunidad en forma más directa y que su acción educativa logre mejores resultados.
Es acertada la decisión gubernamental de continuar actualizando estas escuelas que nunca debieron desaparecer. Los niños del campo merecen las facilidades para acudir a sus escuelas, sin sacrificios ni caminatas forzadas. La educación es uno de los derechos humanos importantes que deben tener plena vigencia. (O)