La delincuencia azota la ciudad / Editorial
En estos últimos meses hemos sido testigos de hechos violentos que han enlutado familias tungurahuenses. Los delincuentes a los que se les debería llamar cobardes asesinos no tuvieron piedad para asaltar a una joven profesional de la medicina y la asesinaron. El domingo un ciudadano que se dedicaba al taxismo igualmente fue asaltado y asesinado cobardemente.
Los ambateños nos sentimos desprotegidos ante estos delincuentes que pululan armados hasta los dientes y los ciudadanos indefensos.
Estas son algunas noticias que entristecen y las otras en las que, arranchan, asaltan, intimidan son de todos los días. En todos los sectores de la ciudad abunda la delincuencia. Algunos barrios se organizan, hacen rondas, cuidan, lamentablemente, están indefensos, prohibidos los ciudadanos de poder portar un arma.
La policía realiza su mejor esfuerzo pero no le alcanza. La responsabilidad es de las autoridades locales y nacionales que tienen la obligación de garantizar la seguridad ciudadana.
Se tiene que analizar las zonas de mayor riesgo, acabar con los comerciantes que venden lo robado, a vista y paciencia de todos, y dar más apoyo a los barrios y sectores que están organizados. (O)