Nueva Asamblea Nacional / Editorial
El viernes de la semana que termina la nueva Asamblea eligió a varias de su autoridades. Sorprendió a todos que el nuevo Presidente del Parlamento, Henry Kronfle, haya ganado con casi una mayoría absoluta. Algunas personas han visto con malos ojos que una mayoría se haya puesto de acuerdo, alegando que existen acuerdos obscuros. Sin embargo, es digno de aplausos que en el Parlamento las diferentes tendencias políticas se puedan poner de acuerdo.
A pesar de haber existido históricamente legisladores muy populares, el Legislativo ecuatoriano siempre ha tenido niveles bajos de aceptación. El antiguo Congreso Nacional y la actual Asamblea Nacional se han ubicado, incluso, por debajo de los números de los presidentes del Ecuador más impopulares. Los analistas políticos han determinado que la baja aceptación del Legislativo, como poder del Estado ecuatoriano, se debe a que la ciudadanía le adjudica todos los perjuicios del País y ningún beneficio directo.
La popularidad del nuevo Legislativo podría cambiar con los nuevos aires que se le ha dado al ponerse de acuerdo en su organización. Recordemos que en la anterior Asamblea no se tramitaron leyes a tiempo y la legislación se vio entrampada por riñas políticas. En definitiva, han existido razones para que la aceptación de la Asamblea Nacional sea tan baja, pero esperamos que esto mejore, ya que la falta de popularidad de la Asamblea afecta la institucionalidad del Ecuador. (O)