Rendición de cuentas / Editorial

     Asambleístas, concejales, instituciones públicas y privadas, así como demás organizaciones empresariales, han comenzado con el proceso de rendir al pueblo, sus acciones y cuentas, durante su gestión de cada año. 

   Si bien esta rendición, regentada por el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, con motivos de conocer si la persona en un cargo público o, a su vez, empresas de cualquier índole, ha sido una apuesta de la institución mencionada para cumplir trámites burocráticos, donde, ciertas rendiciones, no se cumplen en su totalidad; algunas, son realizadas a última hora para justificar este requerimiento.

    Sin lugar a dudas, los gobernantes, si hablamos de una administración pública, deben trabajar y dar cuentas de manera transparente, no por el hecho de cumplir una obligación de un ente de control, sino, por respeto al pueblo que exige y los escoge, con el fin de que justifiquen su función dentro un cargo con acciones y no palabras. 

    Sí, la rendición de cuentas, es justamente eso: comunicar el trabajo que se ha hecho por la ciudadanía. Por ende, se exige que, sobre todo, la honestidad y transparencia en cargos importantes de responsabilidad social, a favor de la gente, sean manejados legalmente, sin incurrir en actos de corrupción manipulando fondos del Estado que, a la final, es la contribución del impuesto del trabajador, si hablamos en términos laborales dentro de organizaciones privadas.