Se les fue de las manos / Editorial
La delincuencia y el sicariato están imparables en el país. En Guayaquil es triste observar la lucha por el control de sectores que ha provocado una guerra de mafias que se disputan el poder. Ahora no matan solo selectivamente, sino que, lo hacen en grupos sin importar si hay inocentes.
El descontrol delincuencial es total. Las autoridades tienen que poner mano dura para acabar con los delincuentes y sicarios que tienen en zozobra a la población. Ambato también está sufriendo robos a mano armada, donde se asalta a toda hora y en cualquier lugar.
Uno de los mayores problemas es el narcotráfico que inunda las calles del país, con drogas, y que originan esta pelea de bandas. Sin duda, el nuevo Comandante de Policía tiene arduo trabajo para descuartizar a estas organizaciones criminales que polulan en Ecuador. En los actuales momentos, la población está cansada de estos delincuentes y es el momento de actuar. El policía tiene que estar protegido por las leyes y así tendrán un mensaje claro las bandas delictivas.
Jueces, fiscales, policía y militares tienen que convertirse en un solo puño contra las bandas organizadas, solo así se vencerá a la delincuencia.