Editorial / Triste realidad
Es lamentable que, en esta época, productores y vendedores de productos alimenticios, estén pasando una realidad, donde su economía, al no lograr vender su mercadería diaria, ha generado necesidades de hambre y falta de trabajo.
Lastimosamente, la cuarentena en nuestra provincia es necesaria y obligatoria, con el afán de precautelar la vida de los demás para evitar que la pandemia del Coronavirus se extienda. Pese a esto, cierta gente hace caso omiso a las disposiciones de las autoridades provinciales a quedarse en casa.
Ventas en parroquias como Santa Rosa, Juan B. Vela, Pilahuín y Pasa,
donde se concentran mercados importantes, han sido prohibidas con la consigna de evitar aglomeraciones para no propagar el virus y no con el ánimo de no dejar trabajar.
Sí, da pena ver que, el trabajo diario de gente que necesita comer, se esté viendo afectado, pero también hay que entender que estamos en una emergencia sanitaria mundial y no solo local.
Por ende, los controles a centros de acopio, en temas de fumigación deben ser fortalecidos para que los comerciantes, luego de esta emergencia, tengan mayor sanidad en la comercialización de productos, algo que la alcaldía de Ambato ha venido realizando. (O)