¿Educación inclusiva o excluyente I? 

Columnistas, Opinión

Es evidente que la crisis educativa en nuestro país persiste en los procesos de enseñanza-aprendizaje, hoy hablaré exclusivamente de los afrodescendientes, con propuestas que buscan implementar herramientas que generen mayor desarrollo en esta comunidad en el uso apropiado de su cosmovisión educativa, cultural e histórica. La realidad constatada es que los maestros carecen de conocimientos y formación en temas afrocentrados.  Hay que elaborar una guía en la que se aborden las discriminaciones raciales, especialmente las de carácter sutil que la comunidad afrodescendiente recibe en su cotidianeidad, herramientas para poder identificar las diferentes formas en que se manifiestan los racismos que pasan desapercibidos en el aula y que la sociedad se encarga de normalizarla. La ciencia y la academia deben abrir el debate, es su deber, que cuando hablamos de educación inclusiva, también deben abarcar los temas de los afrodescendientes y no solo de otros grupos prioritarios, fomentemos la lectura crítica de textos afrocentrados, imágenes, sonidos y de las formas propias de nuestro código lingüístico.  

Hay que propiciar la formación de un criterio a partir de cuestionamientos, y gestionar la información desde diversas fuentes y sistemas para ampliar su perspectiva sobre los intereses que lo convocan, existen todavía docentes dedicados a la “dictadura de clase”, aquellos cómodos que se quedan esperando que alguien resuelva los problemas de la escuela y les lleve la receta mágica, simplemente “no me da la gana de hacer o cambiar”, la escuela viene replicado las desigualdades sociales y económicas. Desde una perspectiva global, en los últimos tiempos se está produciendo un rechazo social hacia las personas racializadas que son leídas como “las otras”, circunstancia que se ha visto agravada por su baja autoestima de los chicos, que se ven “acorralados y sin respuesta” hacia la arremetida de los nuevos conocimientos, ignorando los suyos.

Nuestro sentir colectivo en el que se reivindique un espacio social en igualdad de derechos y una visibilización alejada de los estereotipos impuestos arraigados a un imaginario colectivo etnocentrista y neo-colonial. Por otro lado, se hace necesario que el alumnado, en general, adquiera una formación complementaria a la académica, basada en el pensamiento crítico y reflexivo para aprender a gestionar situaciones que garanticen la igualdad de trato y no discriminación, puesto que en su futuro profesional tendrán que interactuar con colectivos diversos.

La educación debe ser fundamental en la lucha para combatir el racismo. Es la clave para conseguir transformar la sociedad para que sea más justa y se mantenga en igualdad de condiciones para todas las personas, independientemente de sus diferencias fenotípicas y/o culturales y esto lo podríamos hacer a través de un trabajo implícito hacia el alumnado pero con una misma intencionalidad, por ejemplo  la presencia de personajes históricos relevantes racializados, con estudios en temas afrocentrados y étnico/educativo,  ya que normalmente suelen estar ausentes en los contenidos de las asignaturas y en las aulas. Continuará.  (O)

Cifam62@yahoo.es

Deja una respuesta