Educación Secundaria / Jaime Guevara Sánchez

Columnistas, Opinión

El calvario de los cupos escolares me empuja a compartir con los lectores la realidad del sistema educativo de otro país. Propósito que me obliga con la venia de la sala, a mencionar un aspecto personal. Estudié en el Colegio Nacional Bolívar hasta el cuarto curso. Termine la educación secundaria en otro país. Conocimiento de causa que respalda la información de esta columna. Sólo el dos por ciento de colegios ´´fiscales´´ tienen nombres de personajes. El 98 por ciento restante son numerados. El adolescente refiere: ´´Termine mi educación secundaria en la escuela superior 74; yo en las 126´´. Las escuelas superiores no otorgan título de bachiller ni especialidad alguna conceden un diploma que es el certificado general de haber terminado la educación secundaria. Documento suficiente para solicitar matrícula en la universidad.

Cuando el estudiante demuestra habilidad para matemáticas, por ejemplo, e inclinación por estudiar alguna ingeniería en la universidad; la escuela le asigna horas extras de matemáticas. En este caso, el diploma menciona ´´Con atención a matemática´´, sin que esto se barrera infranqueable para escoger otra carrera ajena a los números.

Los planes y programas de estudio son los mismos que todo el sistema escolar. No hay mayor diferencia en el rendimiento de estudiantes de varias escuelas ´´fiscales´´. Algún rasgo de admiración crea los éxitos deportivos si la escuela 81 gana el campeonato de básquetbol, entonces sí, es posible que Juan anhele estudiar en esa escuela el próximo año.

Jamás se ven colas en tiempo de matrículas, jamás. ¿Por qué?

Porque el número de escuelas están en relación directa con la población escolar… Varios detalles positivos quedan en el tintero para otra oportunidad.

Y qué pasa en Ecuador. Seguimos con el vericueto cruel, cuando el sadismo de inscripciones, cupos, ´´loteríazos´´, promedio de calificaciones y… partida de nacimiento ´´actualizada´´!! (O)

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