El amor con vínculo social / Dr. Guillermo Bastidas Tello
«El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida». Octavio Paz
El amor es fuente, principio y germen de una amplia producción comunicativa y de interrelación humana.
El amor tiene tres ejes de acción: a.- el amor como vínculo social, en la que se aborda desde la sociología; b.- el amor y el discurso amoroso, que a su vez explora lo “decible que puede ser dicho o explicado” sobre el cuerpo, la simbolización de este discurso y su aprendizaje; c.- finalmente se trata la experiencia amorosa desde la perspectiva histórica. va en el orden de la vida cotidiana individual y social.
El amor, ubicado en lo profundo del cerebro límbico ser humano y vinculado con el mundo emotivo, emocionante, inquietante, íntimo, inmaterial, pareciera ser una emoción libre, exenta, incontrolable, fogosa, indomable, natural y con serios constructos edificados en una cultura con pérdida de valores.
Remontándonos a los orígenes de la sociología, el amor aparece en la obra de Augusto Comte como un “poderoso cemento social”. Rebasando cualquier visión particular o de pareja, este sentimiento es invocado en forma de altruismo, generosidad, filantropía, «vivir para el otro», como un medio de unificación, una sola carne entre las personas, constituyendo así la tríada fundante de una nueva moral social, «amor, orden, desarrollo y progreso».
«…no es en sí mismo un sentimiento, sino un código de comunicación de acuerdo con cuyas reglas se expresan, se forman o se simulan determinados sentimientos; o se supedita uno a dichas reglas o las niega, para poder adaptarse a las circunstancias que se presenten en el momento en que deba realizarse la correspondiente comunicación» (Luhmann).
Por otra parte, se ha conocido como «amor romántico» el sentimiento que comenzó a ser común a finales del siglo XVIII, cuando a las relaciones conyugales y familiares, hasta ese momento concebidas en términos de conveniencia económica y social, se le añadió uno de los elementos del amor tratado antes, el amor propiamente dicho, la inclusión de «yo» y el «otro» en una historia única y singular. En el amor romántico, los afectos, el amor espiritual, predominan sobre la atracción sexual. El enamoramiento no es una atracción carnal, sino «amor a primera vista».
«las maneras de amar de la clase media, los modos de expresión y el encubrimiento erótico burgués, (…) las teorías del amor, las fantasías culturales que la literatura de la época ha conservado; los disfraces que podría tomar el deseo erótico en las esferas superiores de la cultura; las formas de amar que los teólogos llaman pecaminosas y los psiquiatras perversas; y el precio que exigieron, o se creyó que exigían, a las clases medias las limitaciones burguesas a la sexualidad» (Gay, Peter, 1992a:13).
EL amor es amor y no se parece a nada, es incondicional, una sola carne y no lastima.