EL CANDIDATO SABELOTODO / Mauricio Calle Naranjo

Columnistas, Opinión

Es temporada de campaña electoral, y podemos encontrar candidatos con diferentes personalidades. Pero existe una patología contagiosa en la gran mayoría de los postulantes. Son los candidatos que padecen del efecto psicológico “Dunning – Kruger” del cual se establece que las personas que tienen menos conocimientos, adquieren una tendencia a sobreestimarlos. Esta enfermedad es el síndrome de superioridad por el que ciertos individuos con pocos conocimientos se consideran mejores a otras que sí son más inteligentes que ellos. Esta distorsión cognitiva conlleva a los “honorables” a sobreestimar sus habilidades o conocimientos en relación con un tema o campo específico, y piensan que son expertos en muchas áreas en las que, en realidad, no lo son. Por su bajo conocimiento y gran egocentrismo, pecan de incompetentes en temáticas que en sus vidas han escuchado. No podemos negar que en reuniones circulan los rumores de vecinos, amigos cercanos, o de ex compañeros de colegio que conocían a los politiqueros y saben que eran unos vagos e insolentes. Y como dijo el francés Georges Clemenceau “El hombre absurdo es el que no cambia nunca”.

Y si creen que esto es grave, imagínense cuando estos personajes llegan a ganar poder, que muy aparte del narcicismo, al ser autoridades y tener control de sus adeptos, de quienes recibe adulaciones, provoca en estos individuos que se crean una clase de mesías, a esto se lo denomina “síndrome de Hubris”. Y lo afirma Jaime Durán Barba y Santiago Nieto (2017) “también existe un séquito de asesores que rodean a los políticos, quienes “ayudan a que las autoridades se endiosen”.

Ecuador tiene candidatos producto de su sociedad fragmentada, y es lamentable tener representantes que sufran de patologías en su personalidad. Por eso, el 05 de febrero debemos tener conciencia del sufragio e impedir que enfermos mentales manejen el porvenir de la nación. “La diferencia entre los animales y los humanos, es que los animales nunca permitirán que el más tonto e incapaz de la manada los guíe (Anónimo)”.

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