El cóndor andino, al borde de la extinción / Juan Diego Valdivieso Rowland
El pasado 7 de julio se celebró el Día Nacional del Cóndor Andino. El objetivo de esta conmemoración fue resaltar la importancia de la conservación de esta especie, así como alertar por su situación de vulnerabilidad. Esta ave, emblemática del Ecuador ya que forma parte de su escudo, tiene también una alta importancia para el equilibrio de los ecosistemas. El cóndor (Vultur gryphus) está en peligro crítico de extinción, de acuerdo con el Libro Rojo de las Aves del Ecuador. En el país existen apenas 150 individuos, según Martín Bustamente, director del Zoológico de Quito y secretario del Grupo Nacional de Trabajo del Cóndor Andino.
El cóndor andino es el ave voladora más grande del mundo. Esta ave, al ser carroñera, “limpia” los bosques y páramos andinos de animales en estado de descomposición. En Ecuador está presente mayoritariamente en Pichincha, en la Reserva Antisanilla en Píntag y también en Pifo. En el Antisanilla en una sola noche se han contabilizado hasta 35 cóndores. Allí está una de las parejas de cóndores que más huevos ha puesto desde 2012. Bustamente señala que a nivel nacional existen 18 cóndores bajo cuidado humano, de los cuales cinco hembras están en edad reproductiva. Sin embargo, existen dificultades para que las crías nazcan, ya que los procesos de reproducción son muy complejos. Esto disminuye las probabilidades de incrementar el número de individuos de una especie tan diezmada como ésta.
Lamentablemente, en lo que va del 2019 se ha reportado la muerte de al menos 15 cóndores -por envenenamiento o disparo de perdigones-. Este grave conflicto gente-fauna se origina porque en zonas rurales la gente piensa que son los cóndores y otros animales silvestres los que atacan al ganado, cuando en realidad no es así. Son los perros ferales -abandonados en los páramos- los que atacan al ganado. ¡Es tarea de todos preservar a nuestra ave insignia! (O)