El deporte con poder para enseñar geografía
Han culminado los Juegos Olímpicos de Paris, con algunas particularidades. Por primera vez, la ceremonia inaugural no se celebró en un estadio, sino en un escenario escogido como el río Sena, desató una gran controversia por la representación que hizo de «La Última Cena», obra de Leonardo da Vinci, con un acto “drag queen”. Muchos consideramos la escena como una falta de respeto hacia las creencias religiosas, deportistas que emigraron a otros países para recibir mejor trato como: los cubanos Jordán Díaz de España, Pedro Pichardo de Portugal y Andy Hernández de Italia que lograron los tres primeros lugares en la rama del salto triple.
Las corredoras de Kenia Winfred Yavinacida, primer lugar en los 3 mil metros obstáculos femenino con récord olímpico incluido; Salwa Eid Nassery, medalla de plata en 400 metros, las dos atletas representando a Bahrein; y Yasmani Acosta medalla de plata en la lucha grecorromana, cubano-chileno; los bonos olímpicos se volvieron más apetecibles para estos deportistas obligados a emigrar a otros países. Cuba, que atraviesa la peor crisis económica en décadas, el éxodo ha dejado al deporte en jaque, al menos 21 atletas cubanos participaron en estos Juegos Olímpicos de París, representando a delegaciones de otros países. Dos de ellos formaron parte del equipo de refugiados.
Cada cuatro años el deporte tiene un poder para enseñarnos la geografía, la misma que no ha sido necesaria aprender en las aulas, hay países que, por haberse visibilizado con sus medallas en Juegos Olímpicos, como: Jamaica, República Dominicana, Puerto Rico, Granada y Trinidad/Tobago, han logrado mucho dinero de la aportación del sector turístico al PIB en el mundo. En estos Juegos Julien Alfred, del equipo de Santa Lucía, celebra la primera medalla de oro (175 mil habitantes); Dominica escribió su nombre con Thea Lafond, oro en salto triple (70 mil habitantes); Cabo Verde, medalla de bronce con el boxeador David de Pina (600 mil habitantes). Algo similar pasa con nuestro país, las medallas logradas no necesariamente son de los deportistas nacidos en las provincias más pobladas Guayas y Pichincha; son del Azuay; Pastaza/Shell; Quevedo/provincia de los Ríos; Imbabura; Carchi/el Carmelo-Bolívar, sector del valle del Chota (Pusir y Tumbatú) especialmente de lugares empobrecidos.
Hace falta enseñarles a nuestros deportistas olímpicos, llevar el protagonismo “político” de las necesidades que padecen sus territorios, es una ocasión maravillosa para hablar y actuar por su gente. El deporte debe convertirse en un pilar fundamental para la transformación social y el desarrollo de donde provienen los campeones. Deben plantearse varias alternativas de cara a su aprovechamiento por la población local para generar procesos que redunden en la mejora de su calidad de vida. De este modo, la comunidad podrá ir paulatinamente desarrollando sus diversos procesos sociales, mejorando la infraestructura educativa/deportiva, sanitaria y la falta de empleo; todo ello, de acuerdo con las necesidades demandadas por la propia población local. (O)