El día de la ambateñidad: el día que nos falta. a los barrios de Ambato, mis amados barrios y a mi río / Dr. Fausto Palacios Gavilanes.
Por todo, y para todo, existen días consagratorios, en nuestra dulce y amada tierra ambateña, ¡excepto para la ambateñidad! Los ambateños son desdeñosos, e insensibles, ante los grandes fastos de la sacrosanta heredad, de la sagrada patria chica que nos vio nacer, y que un día, un día, un día, nos acogerá en su definitivo lecho de arcilla.
Celebramos el l2 de noviembre: ¡loado sea el 12 de noviembre!
Celebramos el 23 de julio, ¡loado sea el 23 de julio, por Ambato y la provincia!
¡Loados sean por siempre, los paladines de la fundación provincial!
La Fiesta de la Fruta y de las Flores, es Fiesta de Celebración Nacional.
Pero, ¿y el Día de la ambateñidad, Día que debe consagrarse al recuerdo, y al culto, y al homenaje a los venerables y augustos valores de la amada Patria Chica?
El Día de la ambateñidaddebe consagrarse al perdón, al amor, a la generosidad, a la nobleza del alma ambateña.
Fechas gloriosas permanecen en el cesto del olvido, más protervo e injustificable. He ahí el l3 de agosto de l698, fecha en la cual se legalizó la nueva fundación de Ambato, en el sitio que actualmente ocupa. El Asiento de San Juan Bautista de Hambato fue erigido Villa, y de esta manera adquirió la categoría de ciudad, de acuerdo con la Real Cédula de octubre once de 1759. El 27 de agosto de l809 Ambato lanzó, a la Patria y a América, su primer Grito de Independencia, mientras el cura Alarcón celebraba misa entre dos cañones.
Hechos memorables, epónimos y heroicos, han glorificado a Ambato, y a la Ambateñidad. ¡Cuántos otros acontecimientos han dado lustre y gloria, a nuestra muy amada heredad!
Mientras tanto, ¿y el Día de la ambateñidad? ¿Hasta cuándo, pues, el día de los recuerdos, y de los cantos, y de las serenatas, y del río, y de la flor, y del fruto, y del pan de Ambato, y de la ternura, y de los barrios, y de la solidaridad, y del juramento por Ambato, y nuestro amor fidelidad, hasta cuándo?
¡Hasta cuándo, pues, el día de la ambateñidad, día de la solidaridad, de la fidelidad, del juramento hasta la eternidad, por Ambato!
Tal vez es un sueño. Entonces, os digo con el poeta:
¡Dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
Por donde retumba el agua.
Ese día, os juro, reconquistaremos los sueños, reivindicaremos la esperanza, florecerán los recuerdos, se elevarán al cielo palabras como globos de colores, por Ambato, en su DIA, EL DIA DE LA AMBATEÑIDAD.
Ese día, renacerá la identidad del agua de nuestro río: identidad de dulce serenata.
Porque un día, un día, un día, esta ciudadcita se quedará sola, sin Ambato, sin caricias hondas, sin canción de su río, sin historia, sin sueños.
No le demos la espalda a Ambato.
Celebremos, ¡oh ambateños!, su día, el día de la gloriosa ambateñidad.(O)