El hermoso camino a la Hacienda Hostería Manteles
En pocos días, Patate celebra otro año de su cantonización; en su homenaje, voy a escribir, como es el hermoso camino a La Hacienda Hostería Manteles. Antes de entrar, a la cabecera cantonal, en el sector del monumento a La Patateña, existe un aviso que invita a visitar La Hacienda Hostería Manteles, indicando el rumbo y la distancia; once kilómetros. para llegar a la hostería, luego de atravesar por fascinantes paisajes.
Loa carretera, va siempre ascendiendo por la ladera occidental de la montaña El Filo; primero pasa, por el barrio Bellavista y luego por los caseríos denominados La Joya, La Esperanza y La Tranquilla. En el recorrido, se puede admirar el maravilloso valle del río Patate; el río va sinuosamente, formando meandros, en medio de amplias vegas, llenas de cultivos; en la otra ladera, se destacan, los pueblitos de lnapí, Artesón y Yataquí, donde impera el intenso color verde, que proyectan la abundante vegetación que posee. Atrás, en el horizonte, sobresalen las m montañas: Casahuala, Carihuayrazo y Chimborazo, en La Cordillera Occidental de los Andes, y en La Cordillera Oriental, el volcan Tungurahua y el nevado Altar.
Pasando el caserío La Tanquilla, se comienza un descenso y se contempla otro paisaje; en las bajas zonas, está lo que fue la gran hacienda Leito, mientras que el sector nororiental se encuentra La Hostería Hacienda Manteles; los rebordes altos, forman la montaña El Filo y las estribaciones de La Cordillera de Los LLanganates, entre las que predomina, la llamada San Borja, cubiertas, parcialmente, por algunos bosques andinos.
Un nuevo aviso, señala el desvío que conduce a La Hacienda Hostería Manteles, por un camino paralelo a un torrente, que baja por los terrenos llenos de cultivos de maíz; cerca de la entrada a la hostería, hay varios árboles de pino, que están mezclados con una abundante vegetación del lugar, originando un aparente túnel vegetal; así comienza La Hacienda Hostería Manteles.
Lo primero que llama la atención, es la casa de hacienda, que ha sido habilitada para hospedar, cómodamente, a veinte personas; es una gran construcción de arquitectura antigua, con amplios ventanales, una chimenea y tres claraboyas triangulares; el zócalo, está cubierto por plantas de hiedra, que rodea toda la majestuosa vivienda; lo que le da un aspecto maravilloso, en medio de un ambiente natural, bordeada de jardines y árboles de eucalipto aromático y a lo lejos, rodeada por las montañas: El Filo, Quindío. Lomitas y Mortiños, cubiertas de bosques de árboles primarios, exuberantes y fantásticos; vigilados, por. el imponente Volcán Tungurahua. (O)
El Ecuador que debemos conocer